Afirma investigación ruptura de sincronía menstrual-lunar por tecnología

TRENTON, Nueva Jersey, UE, 4 de octubre de 2025.- La relación entre el ciclo lunar y el menstrual en humanos ha sido objeto de debate científico durante décadas. Mientras que la influencia del satélite en la reproducción de muchos animales, como la sincronización de la puesta de huevos en peces y corales, está comprobada, la evidencia en humanos se mantenía controvertida.
Esta duda persistía a pesar de la notable similitud entre la duración promedio del ciclo lunar, de 29.5 días, y la del ciclo menstrual, que oscila entre 26 y 32 días, con una media cercana a los 29 días.
Una investigación reciente, publicada en la revista científica Science Advances, sugiere que sí existió una sincronía lunar en el pasado y propone una explicación para su aparente desaparición en estudios modernos. El trabajo, liderado por la neurobióloga Charlotte Helfrich-Förster de la Universidad de Wurzburgo, Alemania, analizó más de 11 mil 500 registros de menstruaciones de 176 mujeres, algunos con un seguimiento de más de tres décadas.
Un cambio tecnológico rompió el patrón
Helfrich-Förster sospechó que un cambio en la exposición a la luz podría haber alterado el ritmo biológico humano. La investigadora decidió separar los datos en dos periodos: antes y después del año 2010. Esta fecha fue clave debido a la masificación de las bombillas LED y el uso generalizado de pantallas con luz azul, a la cual el ojo humano es muy sensible.
Los resultados mostraron que en los registros anteriores a 2010, muchas mujeres sí presentaban menstruaciones alineadas con la luna llena o la luna nueva. Sin embargo, a partir de 2010, esta sincronización desapareció casi por completo a nivel individual y poblacional. Este hallazgo plantea que la creciente exposición a la luz artificial podría estar impactando el reloj biológico interno que regula el ciclo menstrual.
El estudio también detectó que la coincidencia lunar aún es ligeramente perceptible en momentos en que las fuerzas gravitatorias del Sol y la Luna se refuerzan mutuamente. Aunque este efecto es difícil de explicar, dado que el impacto gravitatorio directo de la Luna en una persona es mínimo, la investigadora especula sobre un efecto indirecto, como variaciones en la presión atmosférica. La influencia gravitatoria también se ha observado en estudios realizados en comunidades indígenas de Argentina y estudiantes en Seattle, Estados Unidos (EU).
Claude Gronfier, experto en relojes internos, valoró el estudio por sumar evidencia de que la relación entre el ciclo lunar y menstrual no es casual. Sin embargo, sugiere cautela y apunta a que es necesario verificar si la intensidad luminosa del entorno de las participantes cambió significativamente antes y después de 2010. Gronfier cree que otros factores ambientales, como el aumento de la temperatura o la dieta, e incluso factores individuales, como el envejecimiento, podrían contribuir a la asociación más débil observada.
De acuerdo con la directora del Laboratorio de Cronobiología y Sueño de la Universidad de Murcia, María de los Ángeles Rol de Lama, aunque reconoció la calidad del trabajo, señaló la dificultad de aislar los efectos de los ciclos lunares en la vida moderna, donde el estrés, los cambios hormonales y las dietas alteran con facilidad el ciclo menstrual.
A pesar de los hallazgos, el enigma de la sincronización lunar y menstrual continúa. La duración casi idéntica entre ambos ciclos facilita la confusión entre coincidencias casuales y una verdadera sincronía biológica. Para obtener conclusiones definitivas, la ciencia requiere estudios con un rigor experimental estricto y el control de variables ambientales.