Libros de ayer y hoy
México y siglos con sus muertos y UNESCO lo reconoce
Parece contradictorio y quizá lo es, que los pueblos celebren la muerte, cuando todos los días se rechaza. Pero por otro lado, dado que la muerte es inevitable, la gente se desliga de su forma de llegada y se aferra a los recuerdos de los desaparecidos. Imagínese en lugares como Gaza o en aquellos oscuros días de la epidemia del Covid, cuando la muerte es y era permanente. La UNESCO tardó mucho en hacer un reconocimiento al hecho de la celebración de la muerte y eso que son muchos los países que la celebran. Hubo un intento en 2003, pero fue hasta 2008 que integró el caso de nuestro país a la lista del Patrimonio inmaterial en los reconocimientos que tiene ese organismo de la ONU y que sin fijar un día específico, reconoce los días primero y dos de noviembre que se celebran en México. De esa manera, la celebración de los muertos en México, es reconocido a nivel mundial, cuando tiene siglos de realizarla. Y de esa manera también, aliados con dioses y fieles a sus creencias, nuestros ancestros y sus representantes actuales, recodarán como dice el poeta Gabriel Zaid en su Resplador último:
La luz final que hará ganado lo perdido
la luz que va guardando las ruinas del olvido
la luz con su rebaño de mármol, abatido.
CADA AÑO AUMENTA LA CREATIVIDAD QUE FESTEJA A LOS MUERTOS
La verdad es que la celebración mexicana se ha convertido en todo un acontecimiento que en un alto porcentaje viene a ser un negocio. Pero no hay que olvidar todo el despliegue que es parte de la festividad y que es estimulado por los propios gobiernos. En la capital va subiendo de tono la celebración cada año. El arte, la artesanía, la creatividad, tienden a ampliarse cada año y se da en todos esos desfiles a veces aislados que vamos viendo en la Ciudad de México, los alebrijes, las calacas, los homenajes y altares mortuorios, el adorno en el Zócalo como punto de partida y los viajes a esos pueblos que tienen ya la esencia de esa festividad. En algunos se esperan incluso millones de visitantes.
LA MUERTE PROTAGONIZA SU PROPIA FIESTA EN LA CIUDAD Y SUS PUEBLOS
El aspecto comercial puede ser visto desde dos perspectivas, aquella que apoya a muchos sectores que dedican aparte de su esfuerzo a la características de la festividad, las flores de cempasúchitl, la artesanía tan singular de las calaveras con multitud de expresiones artesanales, y los dulces. Y por otro lado el de las grandes tiendas, también su artesanía en vestuarios, lozas, figuras para la fecha y la venta de mercaderías que desahogan los aspectos principales de la celebración del ausente, venta de calabazas, dulces, frutas especiales, más los huesitos en forma de pan que empiezan a circular desde fines de septiembre. Y todos estamos en eso, porque algún día llegaremos. Hay que recordar lo que dice nuestro gran poeta Efraín Huerta:
No hay un imperio. No hay un reino,
tan solo el caminar sobre su propia sombra,
sobre el cadáver de uno mismo.
