Asombra el cielo a Nueva York con el regalo dorado del Manhattanhenge

NUEVA YORK, EU, 29 de mayo de 2025.- En una ciudad donde las prisas gobiernan las aceras y el concreto parece no dejar espacio para lo sublime, el sol se toma una pausa para recordarnos que la belleza aún puede sorprendernos. Es el Manhattanhenge, ese fenómeno celestial que cada año transforma el atardecer en un espectáculo colectivo.
Durante dos días en mayo y dos en julio, el sol se alinea perfectamente con la cuadrícula urbana de Manhattan, creando una imagen que parece sacada de una postal, una esfera dorada descendiendo justo entre los rascacielos, bañando de luz cálida las avenidas este-oeste. No es magia, aunque se sienta así. Es ciencia, geometría y, sobre todo, un regalo que la naturaleza le entrega por un instante a la gran manzana.
El fenómeno toma su nombre de Stonehenge, el antiguo monumento megalítico británico alineado con el sol. Pero en medio del bullicio neoyorquino, el Manhattanhenge tiene un encanto único; desde la calle 14 hasta la 57, multitudes se congregan con cámaras, celulares e incluso telescopios, buscando capturar ese instante mágico en el que la rutina se detiene y la ciudad se rinde ante lo sublime.
Este año, el primer espectáculo ocurrió hoy jueves 29 de mayo a las 18:13 horas, con una repetición parcial mañana viernes 30 a las 20:12 horas. Volverá a presentarse el 11 y 12 de julio, como un bis del universo a quienes no pudieron verlo en mayo.
En medio de la contaminación, las bocinas y las noticias que a menudo pesan, este fenómeno nos recuerda algo esencial, incluso en el corazón del caos, siempre hay lugar para la maravilla. No cuesta nada y no requiere entradas, solo hay que mirar al oeste y dejarse asombrar.
El Manhattanhenge es una postal efímera, un suspiro solar que se cuela entre los edificios y nos conecta, por un instante, con la armonía del universo. Un gesto de la Tierra hacia quienes viven de espaldas al cielo.
