Viajar a la vieja NJ: las clásicas tabernas que se pueden visitar

TRENTON, Nueva Jersey, EU, 30 de junio de 2025.- En los inicios de Estados Unidos, las posadas y tabernas de Nueva Jersey eran el corazón de la vida comunitaria. Hacia el final de la Guerra de Independencia, el estado albergaba cerca de 400 de estos lugares, esenciales para el alivio y entretenimiento de viajeros. Aunque miles de bares operan hoy en Nueva Jersey, pocos conservan la esencia de estos históricos predecesores.
Para quienes planean un recorrido por la región, explorar estas joyas del pasado y sumergirte en historia puede ser una excelente alternativa. En los rincones de estas posadas se formaron milicias, se discutían noticias, se forjaban opiniones políticas, e incluso servían como sedes legislativas, tribunales o correos y hasta se unieron comunidades.
Algunos centros de historia en NJ
El Black Horse Tavern & Pub en Mendham, en el condado de Morris data de la década de 1740, es un ejemplo y reliquia del pasado notable. Originalmente, era una casa de campo reconvertida en parada clave entre Nueva York y Easton, Pensilvania, fue regentada incluso por un veterano de la Guerra Civil. Tras una importante renovación, el pub reabrió en enero de 2025, con planes de restaurar la zona de la taberna.
Ubicado en el condado de Bergen, el Ivy Inn en Hasbrouck Heights, comenzó como una parada de diligencias en los 1870, y hoy, después de una restauración completa en 1996 que reveló sus características originales, es un restaurante que celebra matrimonios y aniversarios, retomando la esencia de hospitalidad de su pasado.
A estas joyas históricas se suman el Ho-Ho-Kus Inn & Tavern, cuyo origen se remonta a una residencia de la década de 1790. Luego de una restauración de 1.5 millones de dólares en 2009, ahora es un destino que mezcla la historia con la evolución de la gastronomía, honrando su pasado, era un lugar visitado por el expresidente Richard Nixon.
Inaugurado en 1907, The Bernards Inn, ubicado en el condado de Somerset fue un refugio para estrellas del espectáculo de Nueva York, albergando oficinas de correos y hasta un bar clandestino. A pesar de incendios e inundaciones, el hotel ha sido renovado y restaurado múltiples veces, transformándose en un destino de lujo con un diseño que evoca las fincas locales. Hoy, continúa siendo un punto emblemático en Bernardsville.