Mil Sonrisas: el mexicano que transforma vidas en Latinoamérica desde NJ

TRENTON, Nueva Jersey, EU, 11 de junio de 2025.- “Haz el bien sin mirar a quién”, este es el lema del mexicano Francisco Valentín Barragán, quien en la necesidad de ayudar a los niños y familias, creó la fundación Mil Sonrisas hace siete años.
La fundación fue creada en Nueva Jersey, pero poco a poco ha logrado conseguir aliados en otros países, extendiendo esta ayuda a países como México, Puerto Rico, República Dominicana, Colombia, Venezuela, Guatemala, Honduras, Nicaragua, y Costa Rica, así lo contó su creador a Quadratín Hispano.

Valentín, quien nació en Oaxaca, llegó a Estados Unidos a los 16 años lleno de sueños, y con el objetivo de ayudar a los niños de su país y comunidad, decidió junto a su esposa crear esta fundación, luego de haber colaborado con otras organizaciones.
“En el 2018, justo antes de la pandemia, estaba hablando con mi esposa y queríamos ayudar a los niños de bajos recursos de Oaxaca, por eso, llamé a mi hermana, quien es maestra rural allí y le dije que les preguntara a los niños si querían juguetes o mochilas con utensilios escolares y me dijo que sí y consiguió a 30 niños que querían la ayuda, y luego se sumaron otros para un total de 120”, narró Valentín, explicando cómo nació la idea de la fundación.
En ese momento, llamó a sus amigos con los que había trabajado en otras organizaciones y a sus hermanos para que lo apoyaran y lograron ayudar a cien niños en diferentes regiones de Oaxaca, enviándoles mochilas con útiles, siendo este el primer proyecto y envío.
Pero, no paró allí, ya que poco a poco fue ayudando a otras personas, familias, no solo en México, sino también en Nueva Jersey y demás países y cada vez, son más quienes se suman a esta noble causa.
“Empezamos a formar pequeños grupos en varias partes de Oaxaca, luego Guerrero, Michoacán Guadalajara, Ciudad de México Estado de México, Michoacán Y empezamos a crecer así así así poquito a poquito. Luego después en Centroamérica, luego Suramérica, el Caribe”, destacó.

Aunque su objetivo era llegar a mil y retirarse, ahora que sobrepasó esa meta asegura que no puede parar, pues muchas personas necesitan de su ayuda y él está dispuesto a dárselas.
“Nosotros decíamos cuando lleguemos a mil ya logramos, podemos ir a casa, a dormir, a descansar tranquilos, y podemos retirarnos, pero no, cada vez que ayudamos a alguien se acercan más personas y se ha vuelto como una cadenita que va engranando y sigue creciendo, y estamos muy contentos”, resaltó.
Sobre las familias que ha ayudado en Nueva Jersey explicó que “comenzamos a traer camiones gigantes con más de cuarenta mil libras de alimentos y solo aquí tengo registradas a mil ochocientas familias que ayudamos por lo menos una vez por semana con una despensa bien surtida y nos tocó trabajar bastante”.
Además, asegura que también han enviado más de 12 contenedores a México con medicamentos y comidas e incluso a África.
Entre las formas que tiene para ayudar a las personas, no solo lo hacen yendo a sus hogares o llevándoles lo que necesitan, también utiliza sus redes sociales, en Facebook, Instagram, TikTok, donde publica videos pidiendo ayuda para la persona o familia que lo necesita y deja sus números telefónicos para que se comuniquen directamente con ellos o les depositen en sus cuentas.
“Nosotros no recibíamos los fondos de manera directa, normalmente usábamos el celular de la persona y les decimos que, si quieren ayudarlos, los contacten directamente y ofrecemos su dirección y número de cuenta a dónde donar. Sin embargo, hace poco abrimos una cuenta donde recibir algunos fondos”, explicó.

Su esperanzadora historia de superación
Valentín contó que llegó a los 16 años a Estados Unidos y aunque muchos pensaban que era un niño, él tenía sus metas y objetivos claros, así como sus responsabilidades, sacar adelante a sus hermanos y ayudar a su mamá.
“Llegué al estado de Oregon, trabajé los primeros ocho meses en el campo y luego, me fui a Nueva Jersey con mi hermano que vivía aquí y aquí me quedé. Yo quería estudiar, pero no tenía opción, si yo estudiaba mis hermanos prácticamente no podían tener ninguna ayuda, entonces me vine y comencé a trabajar, me adapté, me independicé y ayudé a mis hermanitos y mi mamá”, contó, dejando claro que no se arrepentía de nada.
Afortunadamente, sus hermanos se convirtieron en grandes profesionales, doctores, psicólogos y demás, lo que lo enorgullece y hace que cualquier sacrificio que haya hecho por ellos haya valido la pena, dejando en evidencia su nobleza, altruismo y gran corazón.
Quien quiera colaborar con la fundación, ayudar a las personas, o necesite ayuda puede seguir sus redes sociales en Facebook, TikTok y Youtube como mil sonrisas.