Aprobarán en Princeton nuevas reglas para alquileres de Airbnb

PRINCETON, Nueva Jersey, EU, 16 de octubre de 2025.- Si estás pensando en abrir o mantener un alojamiento tipo Airbnb en Princeton, podrías tener que adaptarte pronto a nuevas reglas. El municipio universitario está debatiendo una ordenanza local que establecería un marco regulatorio para los alquileres a corto plazo, con el objetivo de implementarla a principios de 2026.
En Princeton operan actualmente entre 125 y 150 propiedades de este tipo, con precios elevados, de acuerdo con el administrador municipal y responsable de salud, Jeff Grosser. Sin embargo, las cifras exactas son difíciles de confirmar, ya que la ciudad aún no cuenta con un sistema formal de registro.
“He vivido casi toda una vida en la misma casa en Princeton; no puedo imaginar que los dueños nos cancelen el contrato después de tanto tiempo solo para convertirlo en Airbnb”, comentó Aníbal Solares, residente del municipio desde hace más de 30 años, en entrevista con Quadratín Hispano.
Este vacío normativo y las constantes preocupaciones de sus residentes han impulsado al Concejo Municipal a avanzar con una propuesta que busca equilibrar la seguridad pública, la preservación del carácter residencial de los vecindarios y el derecho de los propietarios a generar ingresos adicionales con sus viviendas.
La discusión, que lleva varios años sobre la mesa, se reactivó en una reciente sesión de trabajo en la que Grosser presentó las conclusiones del grupo municipal encargado del tema. La iniciativa, explicó, pretende mantener la disponibilidad de vivienda para residentes a largo plazo y evitar que zonas tradicionales de Princeton se transformen en corredores turísticos o de hospedaje temporal, un problema que ya enfrentan varias grandes urbes.
“Estamos intentando construir una comunidad”, afirmó el concejal Leighton Newlin. “Si vives aquí, y esta es tu residencia permanente, y quieres criar una familia o envejecer en este lugar utilizando tu terreno o tu propiedad como Airbnb, deberías poder hacerlo. Pero si no vives aquí y lo único que quieres es especular y crear problemas a los vecinos de esta comunidad... entonces debes hacer una inversión si realmente quieres estar aquí.”
¿Qué implican las nuevas normativas?
El reglamento propuesto establecería un sistema de permisos obligatorios para todos los alquileres a corto plazo, similar al proceso que ya existe para los alquileres a largo plazo.
Los propietarios tendrían que pagar tarifas de registro, pasar inspecciones de seguridad y renovar anualmente sus licencias. Para garantizar el cumplimiento, el municipio planea usar dos plataformas digitales: OpenGov, ya empleada por la división de vivienda en alquiler sin costo adicional, y Deckard, una herramienta de monitoreo que costaría alrededor de cinco mil dólares anuales.
Además de la regulación operativa, la ordenanza aplicaría un impuesto de ocupación del 3 por ciento sobre los alquileres a corto plazo, autorizado por una ley estatal aprobada en 2018. Según estimaciones iniciales, la medida podría generar entre 70 mil y 200 mil dólares anuales para el municipio, aunque los montos exactos se definirán una vez que el sistema de monitoreo esté en funcionamiento.
Uno de los puntos más debatidos gira en torno a si los alquileres deberán ser residencias principales de sus propietarios.
Entre las alternativas que analiza el concejo se encuentran exigir el requisito de forma inmediata, establecer un periodo de transición de hasta dos años o permitir que los actuales operadores sigan funcionando hasta vender la propiedad. Esta última opción parece tener mayor respaldo, ya que permitiría una transición gradual hacia un mercado de viviendas ocupadas por sus dueños, sin afectar de golpe a quienes ya operan en la ciudad.
Si el concejo municipal aprueba la versión final del texto en los próximos meses, la ordenanza podría presentarse oficialmente antes de fin de año y entrar en vigor a comienzos de 2026, según adelantó Grosser.
Mientras tanto, los propietarios y residentes de Princeton permanecen atentos al resultado del debate, conscientes de que las nuevas reglas podrían redefinir el equilibrio entre turismo, vivienda y comunidad en esta ciudad universitaria.