Albeiro Orozco, el colombiano que llevó el sabor de su tierra a EU
ELIZABETH, Nueva Jersey, EU, 8 de diciembre de 3025.- Las empanadas de Albeiro Orozco ya no son solo un antojo colombiano, pues se han convertido en un producto itinerante que ha logrado abrirse camino en distintos estados del país, desde Nueva Jersey hasta Connecticut, Pensilvania y Nueva York. Su emprendimiento, que nació casi por intuición y necesidad, hoy es un símbolo de persistencia, disciplina y nostalgia latina en Estados Unidos. Cada caja que sale de su cocina representa una mezcla de tradición familiar, sazón casera y el sueño de un migrante que se negó a rendirse.
Desde los primeros días, cuando producía pequeñas cantidades para amistades y conocidos, Albeiro entendió que su empanada tenía algo especial. El sabor, la textura y la constancia hicieron que el negocio creciera casi de boca en boca.
“Yo siempre he dicho que un producto habla por uno. La gente probaba una empanada y al otro día estaba recomendándola. Así empezamos a llegar a restaurantes, bodegas, panaderías y hasta supermercados en diferentes ciudades”, recordó Albeiro
El crecimiento no fue casualidad. En un mercado competitivo, Albeiro decidió diferenciarse apostando por la calidad y la rigurosidad en sus procesos, algo que, según él, es esencial para que un producto artesanal pueda entrar a cadenas más grandes o llegar a manos de distribuidores exigentes. Por eso implementó estándares claros de producción, empaque y conservación, garantizando que el sabor se mantuviera intacto sin importar el viaje.
Uno de los momentos clave de su trayectoria fue cuando varias tiendas latinas comenzaron a pedirle grandes cantidades semanales, lo que lo obligó a estructurar su operación, formalizar su equipo de trabajo y aprender sobre regulaciones, permisos y manejo comercial en Estados Unidos.
“Yo no sabía nada de distribución, de códigos, de permisos, pero fui aprendiendo. Me tocó estudiar de noche, preguntar, equivocarme y volver a empezar. Ese proceso fue lo que realmente me convirtió en comerciante, no solo en cocinero”, aseguró Albeiro a Quadratín Hispano
Su marca creció tanto que hoy su producto se reconoce por consistencia, presentación y autenticidad. Las empanadas de Albeiro no solo representan un sabor tradicional, sino una historia de familia. Él mismo cuenta que la receta que utiliza es heredada, ajustada con el tiempo bajo el criterio de que cada ingrediente debe saber a hogar. Ese enfoque emocional ha conectado profundamente con los migrantes que, al probarlas, sienten que regresan por un momento a Colombia.
Con la expansión vino también la responsabilidad social. Albeiro ha participado en ferias, festivales comunitarios, eventos empresariales y espacios donde los emprendedores comparten sus experiencias y aprendizajes. Allí ha inspirado a otros migrantes a emprender incluso con pocos recursos.
“A cualquier persona que quiera empezar le digo lo mismo, no espere el momento perfecto. Empiece con lo que tenga, cuide su reputación, respete su producto y trate bien a la gente. Eso abre más puertas que cualquier inversión”, afirmó el comerciante latino
Su historia también está marcada por la resiliencia. Como muchos comerciantes, enfrentó dificultades durante la pandemia, escasez de insumos, alzas de precios y momentos de incertidumbre. Sin embargo, esos desafíos reforzaron su convicción de que un emprendedor debe reinventarse constantemente para sobrevivir. En su caso, la crisis lo llevó a diversificar puntos de venta, crear alianzas y expandir a nuevas ciudades.

Referente del sabor colombiano
Hoy, Albeiro Orozco no solo vende empanadas; construye un legado. Su visión es fortalecer su planta de producción, ampliar distribución a otros estados y convertir su marca en un referente nacional del sabor colombiano. Sabe que requiere inversión, personal y disciplina, pero también está convencido de que el mercado está listo para productos latinos hechos con autenticidad. Su sueño es que, algún día, su empresa sea tan grande que pueda generar empleo para muchas familias migrantes.
Gran parte del éxito, según él, tiene que ver con la forma en que se relaciona con sus clientes. No vende solo comida, sino que vende una experiencia emocional.
“La gente que vive lejos de su país necesita sentirse cerca de sus raíces. Cuando alguien me dice que mis empanadas le recordaron a la cocina de su mamá, yo sé que estoy haciendo algo más grande que un negocio. Estoy tocando memorias, tocando corazones”, expresó Albeiro
Este hombre proveniente de Medellín, volvió a insistir en algo que repite como un mantra, y es que el crecimiento solo llega para quienes trabajan constantemente. Es el consejo que él mismo aplica desde que empezó su negocio con apenas una freidora y un par de bandejas de masa.
“Yo no vine a este país a perder. Vine a demostrarme que sí puedo. Y cada empanada que llega a otro estado es una prueba de que cuando uno cree en su idea y la trabaja, no hay frontera que la detenga”, finalizó Albeiro.


