Aumentan los diagnósticos de cáncer de apéndice entre los millennials

TRENTON, Nueva Jersey, EU, 13 de septiembre de 2025.- Se pensaba que era una enfermedad de personas mayores, considerado un tipo de cáncer raro, el cáncer de apéndice se ha cuadriplicado en los millennials y triplicado en la Generación X.
Un estudio realizado con datos del Programa SEER del Instituto Nacional del Cáncer ha documentado este aumento significativo. Los investigadores analizaron la incidencia de la enfermedad en grupos de personas nacidas en periodos de ocho años, desde la década de 1890 hasta la de 1990. Sus hallazgos son claros: la tasa de incidencia de cáncer de apéndice en los nacidos en 1980 es más de tres veces mayor que en los nacidos en 1945; para los nacidos en 1985, es de casi 4.62 veces.
A pesar de que el cáncer de apéndice sigue siendo una enfermedad poco común, con un estimado de tres mil casos nuevos cada año en EU, el aumento de diagnósticos en personas jóvenes es una señal de alarma para los expertos en salud. Andreana Holowatyj, profesora en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt y autora del estudio, afirmó que se está apenas en la punta del iceberg de esta enfermedad.
¿Qué ha cambiado a lo largo de las generaciones?
Los especialistas creen que la respuesta podría estar en la dieta. El aumento en el consumo de alimentos procesados y ultraprocesados, que contienen aditivos y contaminantes que causan inflamación crónica, podría jugar un papel importante. Una investigación publicada en 2024 en la revista Gut descubrió que la inflamación crónica es clave en el desarrollo del cáncer colorrectal, una enfermedad que comparte características con el cáncer de apéndice.
Otra teoría apunta a una exposición acumulada a factores ambientales. El aumento de casos podría ser el resultado de la exposición a microplásticos y alimentos ultraprocesados durante toda la vida de una persona.
Laura A. Lambert, directora del Programa de Malignidad Peritoneal de la Universidad de Utah, especula que el problema podría estar en el microbioma intestinal. La teoría es que el apéndice, al ser un reservorio de bacterias beneficiosas, podría dañarse cuando estas son reemplazadas por bacterias perjudiciales.
Un diagnóstico que llega demasiado tarde
A diferencia de otros tipos de cáncer, como el de mama o el colorrectal, no existen pruebas de detección para el cáncer de apéndice en ninguna persona, sin importar la edad. Esto se debe a que su baja prevalencia hace que la inversión en pruebas de detección masivas no sea viable económicamente. Además, las pruebas actuales, como las tomografías computarizadas, no son suficientemente precisas para este tipo de diagnóstico.
La falta de cribado significa que la enfermedad solo se detecta una vez que los síntomas se presentan. Y aun así, el diagnóstico puede ser complicado. Los signos comunes, como el dolor de estómago, la hinchazón, las náuseas y los vómitos, pueden confundirse fácilmente con problemas gastrointestinales comunes, como el síndrome del intestino irritable.
La mayoría de los casos de cáncer de apéndice se descubren incidentalmente después de que se extirpa el apéndice y se examina bajo un microscopio. Holowatyj destaca que las tasas de apendicectomías se han mantenido estables, lo que hace que el aumento de las tasas de cáncer de apéndice sea aún más alarmante.