Premios Nobel en el exilio
En la historia de los Premio Nobel varios han sido entregados a personas en el exilio, que no pudieron estar presentes en la ceremonia oficial por su situación política, ya sea perseguidas o refugiados por su lucha en favor de los derechos humanos, democracia o libertades.
Hace dos años la activista iraní Narges Mohammadi, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2023, mientras se encontraba encarcelada por su lucha en favor de los derechos de las mujeres y la abolición de la pena de muerte en Irán. Fue arrestada 13 veces y condenada a 31 años de prisión y 154 latigazos. En octubre de 2023, cuando se anunció su elección al Premio fue encerrada en la prisión de Evin, en Teherán. Fueron sus hijos mellizos de 17 años, exiliados en Francia, quienes recogieron el galardón en su nombre y leyeron un discurso que les hizo llegar desde su celda. Narges Mohammadi fue puesta en libertad provisional por razones médicas a finales de 2024.
Ales Bialiatski, ha trabajado para promover la democracia y los derechos humanos en Bielorrusia desde la década de 1980. Bialiatski fundó la organización Viasna para brindar apoyo a los manifestantes encarcelados y a sus familias. En 2011, lo condenaron a varios años de prisión por presunta evasión fiscal. Fue liberado en 2014, pero en 2021 fue encarcelado de nuevo; seguía en prisión cuando recibió el Premio Nobel de la Paz en 2022. En la ceremonia de entrega estuvo representado por su esposa.
Liu Xiaobo Premio Nobel de la Paz 2010, activista de derechos humanos chino estaba encarcelado en el momento de la entrega del premio, por lo que no pudo asistir a la ceremonia, el premio fue simbólicamente colocado en una silla vacía.
Lech Wałęsa Premio Nobel de la Paz 1983, líder del sindicato polaco Solidaridad, recibió el galardón por la lucha no violenta por los sindicatos libres y los derechos humanos en Polonia, no viajó a Oslo por temor a no poder regresar a Polonia si salía del país, que estaba bajo ley marcial. Su esposa y su hijo asistieron en su representación.
Dalái Lama Premio Nobel de la Paz 1989, el líder espiritual tibetano recibió el premio por su lucha no violenta por la liberación del Tíbet, no asistió personalmente a la ceremonia en Oslo debido a que estaba bajo arresto domiciliario o en el exilio en la India.
Este año el Premio Nobel de la Paz 2025 fue otorgado a María Corina Machado, la líder opositora al chavismo por su labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y por su lucha para lograr una transición pacífica y justa de la dictadura a la democracia. Aunque salió de Venezuela después de estar confinada durante 16 meses en la clandestinidad, no logró estar a tiempo en Noruega para recibir en persona el premio, fue su hija Ana Corina Sosa Machado quien recibió el galardón, con un mensaje potente describió la lucha para recuperar la libertad y la democracia para Venezuela.
La ausencia de estos Premio Nobel de la Paz en su ceremonia de entrega es más que significativa, pesa más el mensaje que envían desde el exilio que impulsa y motiva a seguir trabajando por los derechos y libertades, desde la clandestinidad continúan la lucha y han logrado un avance contra el poder que oprime y violación a los derechos humanos, para acercarnos un poco más a un mundo más justo y en paz. Como decía Alfred Nobel en 1895 que hoy sigue tan vigente, el Premio ha de conferirse a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones y la construcción de procesos de paz.


