Muros de sed

(De raíces, fronteras y otros espejismos)
En la entrega anterior del capítulo Run
https://quadratin.com/opinion/muros-de-sed-18/:
- Marquitos nos cuenta su última carrera. Mientras sus pies se despegan de la tierra, recuerda su pueblo, sus afectos. Él sabía que, fuera como fuera, iba a perder la parejera. Quizás el cielo lo esperaba.
Capítulo XIX, Same
(De los escritos encontrados en la cartera de Raúl)
Todos los días son exactamente iguales cuando se trata de no hacer nada. Y es que el exilio no es otra cosa. De lo que se trata es de auto compadecerse y dejar que la nostalgia se apodere de los sentidos. El exilio es digamos, como el chocolate gringo que por más que lo comas no empalaga. Entonces, uno se regodea en la desgracia. Se bate de su mierda. Bate que bate, el chocolate, chupa que chupa el pan de azúcar. Si tu boquita fuera...
Por cierto, acá el chisme no pasa de mojado. Es residente permanente y seguro tiene hasta green card. Sí, pero acá nadie se animan a hacer lo que allá. Este no es su territorio, son tan extraños como yo. Puede que haya un chingo de letrados que se reúnan a celebrar el día de su santo patrono, o que hagan cooperacha cuando alguien se muere lejos de su tierra (México lindo y querido, si muero lejos de ti, que digan que estoy dormido y que me traigan aquí), o que se vistan con Armani o Cristhian Dior, que rompan la monotonía de la tarde con los escapes abiertos de sus picop extra cab, pero siguen siendo migrantes ilegales. Y aunque tengan papeles el status queda. Son ciudadanos de tercera en un mundo de blancos. Lo que ellos creen que dejaron atrás en México es nomás lo que imaginan. Todo son espejismos. Ni saben que dejaron, ni que están ganando. Pinche argumento cancionero: No soy de aquí, ni soy de allá. Muy cosmopolitas los cabrones.
La Casita, Ciudad de México, 13 de julio de 2025.
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