Libros de ayer y hoy

La toga, símbolo fallido, como lo escarlata y lo blanco
La toga que usan los ministros de la Suprema Corte, es una contradicción jurídica. En la vida común uno puede vestirse como le da la gana. Y si se disfraza, es eso, un disfraz que puede estar relacionado con una festividad, una sorpresa que se quiere dar o simplemente para ocultarse con un fin. El disfraz obligado que se estructura a partir de un mandato, sobre todo si es legal, ya tiene otra dimensión. Puede ser una forma de identificar la actividad, como es el caso de soldados y policías, médicos y enfermeras y otros ejemplos de quienes usan ropajes que los distinguen con fines laborales. Pero cuando el disfraz legalizado tiene un fin simbólico hay discordancia entre lo real e irreal que altera uno de los dos valores. En el caso de los juzgadores lo que se aplica es la justicia y ésta no tiene nada de irreal porque se basa necesariamente en la ley y la interpretación de la misma. Usar toga legalmente a partir de una significación moral, es contradecir la ley. El derecho es concreto. Nada que no esté en la ley puede aplicarse a la hora de impartir justicia. La toga por lo tanto como algo normativo es una contradicción jurídica y debe de eliminarse.
QUE SE ELIMINE LA TOGA COMO SÍMBOLO, AGUILAR USARÁ ROPA INDÍGENA
Un grupo de senadores de Morena está solicitando que se elimine la toga que usan los ministros de la Suprema Corte, como algo simbólico. Sostienen que esos simbolismos solo reflejan el elitismo de los juzgadores y su alejamiento del pueblo que precisa justicia. Respecto a esta propuesta, el coordinador del PRI en la Cámara de Diputados Rubén Moreira se ha opuesto, y defiende el uso de la toga porque según él, representa cada trocito de ella, un símbolo diferente, como es la ley que se va a interpretar, y su uso y las personas a las que va dirigida. Pese a símbolos que la ley propiamente dicha no necesita, porque en su redacción ya se está diciendo lo que debe tomar en cuenta el juzgador a la hora de interpretar. El asunto está en veremos, pero no es remoto que con estos cambios, la mencionada toga se vaya al traste.
ESTRUCTURAS SOBRE TODO RELIGIOSAS, SE AFERRAN AL PODER, EN LO SIMBÓLICO
Hay simbolismos muy poderosos que se usan, contradictoriamente, para ejercer un poder real. Eso lo vemos en la iglesia católica, que ha utilizado su color escarlata como un símbolo de poder, pero un poder que se ejerce. Remontado al siglo II, en el predominio del gótico, el color escarlata llegó a tener un poder real porque el tono diferenciaba a los grandes poderosos y en especial a los monarcas. Ningún pobre podía usar ese tono porque el colorido se lograba a partir de un animal marino, cuya utilización era muy difícil y se necesitaban muchas fórmulas para lograrlo. Eso elevaba el valor de lo escarlata y era natural que los pobres no podían tenerlo. Lo simbólico se convertía en real a partir de la inversión y de quienes lo tenían. Ese color se relacionaba sobre todo con los que dominaban los credos en este caso católicos y se sumaba a este tono el púrpura que no es sino una decantación del escarlata. En la definición de esos tonos se mencionaba que el escarlata es un rojo brillante a veces con tonos anaranjados y el púrpura un rojo vinculado al azul que puede terminar en violeta o rojo escarlata.
EL CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO NO OBLIGA A USAR TONOS DE COLOR
Los tonos que usa la iglesia católica para diferenciar la calidad de su poder se ha ido afinando y en la reciente participación cardenalicia para nombrar al papa, los religiosos fueron más selectivos. En la etapa del papa Francisco al parecer se partió de que debería tomarse el color como una vinculación moral, a la actividad que una iglesia debe de hacer por los pobres. No se sabe a donde llevarán los ahora dominantes para usar el color de acuerdo a sus intereses. Hay que recordar que el Código de Derecho Canónico no se refiere específicamente al color en los ropajes ni en la forma de sus diseños, pero de alguna manera se da a entender.
EL BLANCO DE LAS NOVIAS DIFIERE DE LA REALIDAD QUE LAS ESPERA
De la iglesia protestante inglesa, retomado por las otras iglesias protestantes y la católica, es el uso del blanco en las bodas también es un color simbólico que significa primordialmente la castidad de la novia. No se sabe que es lo que se precisa como castidad en estos tiempos pero el uso del blanco en las bodas sigue siendo un ritual, por más que en algunos casos ya hay cambios en los tonos usados. Esa situación no tiene nada que ver con una vida real que se va a expresar directamente en cosas reales. Hay quienes señalan que el uso de ese es tono blanco para las bodas, se inspira en el vestido blanco que llevó en su boda con el príncipe Alberto, la reina Victoria en el siglo XIX. Un fabuloso vestido blanco de acuerdo a su nivel de poder. Pese a ello, su período de gobierno fue uno de los más acentuadas en ese poder, y en la disminución de los valores populares y en la imposición de usos que a aún ahora se critican.