Libros de ayer y hoy
La muerte utilitaria y Solamente una vez, de Lara
Nadie sabe de que manera será enmarcada su propia muerte. Pero la forma como inicuamente se utiliza una muerte, en la política, es uno de los casos mas infames; tomar la muerte desde la perspectiva de los intereses, para buscar retomar esos intereses. En México eso ha sido muy común y siempre tiene una connotación que pretende volver a lo que realmente interesa a muchos políticos: el poder del dinero. Es la respuesta y los hechos que anteceden a los que buscaron y planearon quizá, volver a la desgracia que acunó a los mexicanos por muchas décadas. Pero eso no sucederá en el momento actual en Michoacán, porque la fuerza política que ha luchado contra de la violencia, tiene mucha solidaridad. Los crímenes serán puestos en su lugar ¿Pero que pasa cuando la muerte tiene otro sentido? ¿Cuando el que muere se desplazó por un amplio sendero, hizo cantar a muchos sectores en el mundo, dejó la poesía en la música y aún hoy nos deslumbra en melodías que son eternas. Nos referimos a la muerte de Agustín Lara, ocurrida el 6 de noviembre de 1970.
EL NOMBRE DE AGUSTÍN LARA PODRÍA LLENAR ESTA CRÓNICA
Era muy común en cierto tiempo, que la gente se apoderara de los nombres y se los adjudicara a sus hijos para dejar contentos a los calendarios. Así, con Agustín que según algunos nació el 30 de octubre de 1897 y según él, el primero de ese mes en 1900, muchos lo acusan alegremente, de haberse quitado tres años. Pero los nombres que le pusieron eran tantos, que apenas con mucha edad podía cargarlos: Ángel, Agustín, María, Carlos, Fausto, Mariano, Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino. Para ser llamado Agustín Lara, músico poeta y el “flaco de oro”. La actividad de un jovencito que por necesidad empezó a trabajar a los doce años tenía que ser por un talento especial: la música. La que había iniciado desde su infancia para empezar a tocar el piano desde los siete años. Y así, antes de la adolescencia ya trabajaba en cafés y lugares donde se necesitara a un pianista, para ayudar a su familia ¿Habrá sido esa temprana vida la que lo llevó a esa música a veces arrabalera, pero prendada de poesía, de tal forma que la propia España cedió a sus grandes composiciones, famosas piezas como Toledo, Granada, Sevilla, Valencia, Madrid, Murcia, entre muchas que se elevaban en la música española, en los cafés cantantes y ahora mismo hay himnos como el de Granada, que son utilizados a partir de canciones del mismo nombre.
SOLAMENTE UNA VEZ, AMÉ EN LA VIDA, CANCIÓN PARA UN RELIGIOSO
Es tan bella la canción Solamente una vez amé en la vida, que los enamorados la cantan como propia, pese a que es sabido que el compositor Lara, se la dedicó al ex cantante José Mojica, cuando se retiró a vivir dentro la iglesia católica, como un religioso. El contó que desde 1942 empezó a escribir su autobiografía de retiro, después de haber sido un cantante famoso incluso en Hollywood. La obra fue impresa por la Editorial Jus México, en 1952 y fue en 1959 cuando se filmó esa confesión de Mojica en el filme Yo pecador que fue dirigido por Alfonso Corona Blake. Agustín ya le había escrito su famosa canción Solamente una vez amé en la vida, cuyo amor desde luego, estaba fincado en un dios.
SU RIVAL FUE SU PROPIO CORAZÓN, POR TRAICIONERO
Agustín Lara murió el 6 de noviembre de 1970, sin que su fama hubiera merecido demérito. Es verdad que la música había cambiado en cierto sentido y la que él acunó, la romántica, el bolero, habían cedido algo con el tiempo. Pero piezas famosas como Arráncame la vida, Como dos puñales, Cada noche un amor, Piensa en mi, Veracruz, Palabras de mujer, etcétera, todavía surgen en el recuerdo. Lo mismo que su vida azarosa en amores, las bellas mujeres que pasaron por su vida, una de ellas las sonorense María Félix con la que se casó en 1945 y a la que le dedicó entre muchas canciones, María bonita y Aquel amor. Fue famoso también el pasodoble que le dedicó a Silverio Pérez, cuyo toreo “no cambio por un trono mi barrera de sol”. Y como buen aficionado a ese toreo, que era, hoy está representado en la propia plaza de Toros. La muerte de Lara lo llevó a un extraordinario reconocimiento ya que como otros grandes de México fue llevado a la Rotonda de las Personas Ilustres, donde ahora descansa.
