Itinerario político

¡Sí, AMLO entregó el país al crimen!
Hoy todos lo saben.
Lo sabemos los mexicanos, lo saben los norteamericanos, canadienses y muchos en países europeos y asiáticos.
Saben que en México todas las instituciones del Estado están en manos de las bandas criminales, lo que ha dado como resultado un “narco-gobierno” federal con sus respectivos, “narco-presidentes”, “narco-gobernadores”, “narco-alcaldes”, “narco-legisladores” y los infaltables “narco-jueces”.
Y no es novedad que desde que llegó a la dirigencia del PRD –en 1996--, López Obrador activó la perversa estrategia de entregar el poder al crimen organizado, a cambio de financiar a su cartel criminal, llamado Morena.
Así, por ejemplo, entregó la alcaldía de Iguala, Guerrero, a la mafia criminal conocido como “Guerreros Unidos”, a la postre autores materiales del crimen de “los 43”.
Ya como jefe de gobierno del entonces DF --desde el año 2000--, Obrador entregó la capital del país al crimen, mafias que provocaron tal nivel de violencia que llevaron a la sociedad capitalina a protagonizar la mayor movilización social de la historia, conocida como “La Marcha Blanca”, que en su momento fue satanizada por el propio jefe de gobierno.
Luego de que fue derrotado en las urnas por Felipe Calderón --en la presidencial de 2006--, Obrador siguió con su estrategia de entregar tajadas de poder a los grupos criminales, al extremo de obligar al PRD a imponer al primer “narco-diputado”; llamado Julio César Godoy Toscano.
El resto de la historia todos la conocen –además de que aquí se ha documentado por décadas--; López Obrador creó un equipo de “recaudadoras” y “amigos leales” que viajaron por todo el país prometiendo a los jefes de grupos criminales en cada región, puestos públicos a cambio de financiar el nacimiento de Morena y la eterna candidatura presidencial de AMLO.
Recaudadoras como Claudia Sheinbaum, Yeidckol Polevnsky, Rocío Nahle, Delfina Gómez y Rosa Icela Rodríguez, entre muchas otras mujeres y políticos a quienes pagó su “lealtad” con importantes cargos públicos.
Así y gracias a la promesa de amnistía, nacieron cárteles como “La Barredora” en Tabasco, “Chapitos” en Sinaloa, “Templarios” en Michoacán y muchas mafias que para 2018 ya tenían la capacidad de impulsar a su propio candidato presidencial, con dinero producto del crimen; a López Obrador.
Lo simpático del caso es que, a despecho de los ingenuos, necios e idiotas, sólo en el primer trimestre de su gestión presidencial, quedó claro que el de AMLO era un “narco-gobierno” en el que mandan las mafias criminales.
Y si dudan lo documenté en el Itinerario Político del 23 de abril de 2019, titulado: ¡Obrador entregó el país al crimen!”; en donde dije que a los ojos del mundo estaban las pruebas de que AMLO entregó el poder al crimen.
Así lo expliqué: “No es casual que todas las formas de violencia criminal se hayan desatado en el primer trimestre de 2019, justo al arranque del gobierno de Obrador. Y no es casual porque en política todo o casi todo tiene origen en una decisión certera o equivocada de quien conduce los destinos de un pueblo.
“Así, por ejemplo, muchos ingenuos suponen que el estallido de violencia que hoy vivimos en todo el territorio nacional –al arranque del gobierno de Obrador–, es parte de una decisión unilateral de las bandas criminales que orquestaron una suerte de “bienvenida” al nuevo presidente.
“Es decir, que según “los maromeros” de Morena –que a toda torpeza presidencial encuentran una explicación ideal–, los criminales “están calando a Andrés” quien dotado de una bondad infinita no persigue al crimen para no provocar un baño de sangre.
“Lo cierto es que, les guste o no a los fanáticos de AMLO, el origen de las matanzas por todo el país, del trimestre más violento de la historia y las causas del imparable estallido de la violencia la conoce bien López Obrador.
“Sin embargo, lo que López no dice y menos reconoce es que en su gestión no sólo se incrementó la ineficacia gubernamental sino que los criminales fueron perdonados aún antes de que llegara al poder.
“¿Y qué quiere decir lo anterior?
“Que desde su campaña, Obrador anunció por todo el país que brindaría protección a los criminales mediante una amnistía unilateral del gobierno.
“Y también desde todos los frentes y en todos los tonos muchos le advirtieron al candidato Obrador sobre los peligros de ofrecer amnistía a las bandas criminales; un perdón adelantado, unilateral y sin condiciones.
“Pero, como también saben, la respuesta de López fue la esperanza en la buena fe de los criminales a quienes, como presidente, no persiguió. Dicho de otro modo, resulta que en los hechos, el nuevo presidente mexicano “entregó la plaza” a las bandas de narcotraficantes, secuestradores, tratantes de personas, ladrones de combustible y, en general, al crimen.
“Y la respuesta está a la vista de todos. El eslogan de “abrazos, no balazos”, no es más que la firma de la alianza de AMLO con el crimen y por eso hoy vivimos el trimestre más violento en la historia y veremos el sexenio con más muertes de la historia.
“Por eso obliga preguntar: ¿Por qué, si tienen protección federal, los criminales habrían de abandonar los rentables negocios del crimen? ¿Cuál es el incentivo? ¿Servirán de algo los salmos bíblicos, los llamados de buena voluntad y las promesas de que los criminales serán intocables?
“No, la única manera de combatir al crimen es con la fuerza del Estado, les guste o no a los conservadores del gobierno de Obrador. Lo demás no es más que retórica “engañabobos” Al tiempo”. (FIN DE LA CITA)
Sí, desde hace años, aquí documenté lo que hoy revela la prensa extranjera y que sorprende al mundo; que el de Obrador fue un “narco-gobierno” y que su sucesora, Claudia Sheinbaum no es más que es una “narco-presidenta”.
Al tiempo.