Descomplicado

¿Por qué María Corina Machado?
La obtención del Premio Nobel de la Paz, por parte de María Corina Machado, generó controversia en el mundo, particularmente por cuestionamientos sobre el criterio que empleó el Comité Noruego del Nobel. Pero no es la primera vez que sucede en los últimos cincuenta años, porque tiene que ver con las interpretaciones que ese comité ha dado al término: paz.
A diferencia de la percepción popular, no se limita a la no violencia, sino que abarca la promoción de los derechos humanos, la reconciliación y la democracia.
El Premio Nobel a Machado se enmarca en un contexto político polarizado y, al igual que otras galardonadas y galardonados, ha sido objeto de debate y crítica, sin embargo la visión del comité refleja la visión de que la democracia y el respeto por los derechos humanos son fundamentales para la paz, un criterio que ha sido usado para premiar a disidentes en regímenes autoritarios.
Las críticas fundamentalmente provienen de sectores que cuestionan si la persona galardonada cumple con todos los criterios de la paz en su definición más amplia, o si su figura se alínea con una agenda política específica. El premio a Machado no es la excepción y ha polarizado opiniones sobre su figura y la situación de Venezuela.
Otro problema son las comparaciones, por ejemplo, con líderes como la madre Teresa de Calcuta, Gandhi y Mandela del siglo pasado. La madre Teresa, recibió el Nobel de la Paz en 1979, por su lucha para superar la pobreza y la miseria, que también constituyen una amenaza para la paz, en 2016 fue canonizada. En el caso de Mahatma Ghandi, -por cierto- nominado cinco veces al Nobel de la Paz y nunca ganó; su lucha se basó en la resistencia no violenta y la desobediencia civil para lograr la independencia de la India, representó la paz como una filosofía y una práctica para oponerse a la opresión colonial. Nelson Mandela pasó 27 años en la cárcel por su lucha contra el apartheid, sistema de segregación racial institucionalizado en Sudáfrica por el Partido Nacional -1948-, que otorgó privilegios a la minoría blanca. Su Nobel fue un reconocimiento a la negociación y la transición pacífica hacia una democracia multirracial.
Figuras globales como la madre Teresa de Calcuta, Ghandi y Mandela, que se convirtieron en símbolos universales de la no violencia y la reconciliación, contrastan con Machado a quien asocian directamente con un conflicto político contemporáneo, además de su cercanía con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, -experto en polarización- lo que, de forma inevitable, genera mayor controversia.
La principal distinción para entender el Nobel de María Corina Machado es el tipo de lucha que representa, la cual se centra en la defensa de los derechos democráticos y la propuesta de transición pacífica de un régimen autoritario a una democracia participativa.
Machado es la segunda mujer latinoamericana en recibir el premio después de Rigoberta Menchú, quien en 1992 obtuvo esa distinción por su lucha por la justicia social y la reconciliación etno-cultural basada en el respeto a los derechos de los pueblos indígenas. Cada luchadora y luchador social, empeñó su vida por construir territorios de paz, generó acciones locales que impactaron en el ámbito global.
Al premiar a Corina Machado con el Nobel de la Paz, el Comité Noruego reafirma la idea de que la paz no es solo la ausencia de guerra, sino también el resultado de sociedades justas, libres y democráticas. Más allá de las polémicas, el premio tiene un valor simbólico que puede fortalecer a los movimientos de oposición y dar visibilidad internacional a conflictos específicos, como la crisis en Venezuela.