Abanico

IA: por favor no escribas
Las letras quedaron sin alma, personalidad ni autenticidad. No es un veredicto fatalista e infundado, es lo que encontramos en Internet, en la voz de las marcas, en la estropeada carrera de los influencers de cartón.
Cada vez encontramos más contenido masivo, pero superficial, donde el 89 por ciento de los textos profesionales siguen las mismas plantillas genéricas. Hoy este contenido automatizado inunda internet con textos superficiales y sin alma.
Hoy las publicaciones corporativas repiten fórmulas vacías, los newsletters reciclan consejos genéricos y las "historias de éxito" suenan fabricadas en serie.
¿Cómo encontramos este contenido "degradado"? Las pistas son claras: iniciar con frases motivacionales genéricas, enlistar consejos obvios sin contexto real, carencia de experiencias personales o datos específicos y un tono corporativo uniforme, sin personalidad distintiva.
Y ante esto emerge una respuesta automática: los lectores ignoran las publicaciones artificiales. Se rehúsan a consumir el contenido instantáneo creado en tres segundos por una máquina.
Las métricas del deterioro son contundentes:
- Engagement: -70 % en contenido detectado como IA pura
- Tiempo de lectura: 15 segundos promedio (vs. 2,5 minutos en contenido auténtico)
- Conversión: 0,3 % en CTAs genéricos vs 4,2 % en CTAs personalizados
- Share rate: 0,5 % para contenido automatizado vs 8 % para historias personales
Para las marcas esto representa:
- Pérdida de autoridad: las audiencias cuestionan la expertise real
- Commoditización: la marca se vuelve intercambiable
- ROI negativo: más contenido = menos resultados
- Daño reputacional: percepción de "marca perezosa"
Así, las herramientas de IA democratizaron la creación masiva: cualquier marca puede publicar 50 artículos semanales sin esfuerzo humano. Pero el problema real es que los algoritmos de redes sociales penalizan contenido sin interacción genuina.
Entonces los textos "técnicamente correctos" carecen de elementos humanos esenciales: contexto cultural, humor local, experiencias verificables.
Hoy LinkedIn, newsletters y blogs corporativos en LATAM sufren saturación extrema de contenido clonado.
Emerge entonces la gran paradoja: las marcas producen 10x más contenido pero generan 5x menos conexión emocional.
La escasez actual no es de contenido, sino de autenticidad verificable.
En un océano de contenido idéntico, la autenticidad verificable se convierte en tu diferenciador principal. Las audiencias latinoamericanas valoran especialmente las historias locales con contexto cultural específico.
La competencia, entonces, ya no es por volumen sino por conexión. Las métricas cambiaron: importa menos cuánto publicas y más cuánto confían en ti. Un solo post vulnerable sobre un fracaso real genera más autoridad que 20 artículos genéricos sobre "mejores prácticas".
La invitación es clara: por favor volvamos a escribir nosotros, y si se antoja imposible, al menos debemos “curar” lo que escribe la IA. Las letras no deben desaparecer, es imposible que se despojen de la humanidad con las que estuvieron imbuidas a lo largo de los s