
Informa marina mexicana sobre lo ocurrido con el Buque Cuauhtémoc
NUEVA YORK, EU, 18 de mayo de 2025.- Ni el impacto de un buque ni la alarma generada la noche anterior lograron frenar la actividad en uno de los íconos más visitados de Nueva York. A menos de 24 horas de que el buque escuela mexicano Cuauhtémoc colisionara contra la base del puente de Brooklyn, el emblemático paso volvió a llenarse de turistas este domingo, bajo un cielo despejado y con el East River de fondo.
Las autoridades locales confirmaron que no había peligro estructural y que el puente podía ser recorrido con normalidad.
El accidente ocurrió la noche del sábado, cuando la embarcación de la Armada de México, con 277 tripulantes a bordo, realizaba una maniobra para zarpar desde el puerto 17, en el Bajo Manhattan; en ese momento, la nave perdió el control e impactó contra una de las bases del puente, provocando la rotura de varios mástiles y dejando un saldo de 19 heridos, cuatro de ellos de gravedad. Dos personas fallecieron posteriormente.
Pese a la magnitud del choque, las autoridades confirmaron que no se registraron daños estructurales en el puente, inaugurado en 1883. La estructura fue inspeccionada de inmediato y este domingo se mantuvo abierta al tránsito peatonal sin restricciones.
El flujo de visitantes no se detuvo, parejas, familias y grupos de turistas cruzaban el puente como de costumbre, muchos deteniéndose para tomar fotografías o disfrutar de la vista. En los accesos, persistía la presencia de vendedores ambulantes, pese a la prohibición oficial impuesta en 2024 que restringe la venta sobre todos los puentes de la ciudad; en particular, el lado de Brooklyn continúa siendo punto estratégico para el comercio informal, impulsado por la afluencia constante de turistas.
El incidente del Cuauhtémoc reavivó algunas inquietudes sobre la seguridad en las maniobras marítimas cercanas al puente. Sin embargo, la rápida actuación de las autoridades y la continuidad del tránsito han ayudado a disipar temores.
Nueva York, fiel a su espíritu resiliente, no se detiene. Y el Puente de Brooklyn, una vez más, confirma su lugar como símbolo vivo de esta ciudad.