Dear Amelia: la tipografía que se convirtió en la musa de un diseñador

MANHATTAN, Nueva York, EU, 30 de junio de 2025.- “Querida Amelia… te escribo porque te extraño, porque en este mundo de fuentes nuevas y modernas, todavía pienso en ti”. Así comienza una de las cartas que el diseñador checo Tomaš Hlava leyó durante una charla en el Rose Auditorium de The Cooper Union.
Dear Amelia, es un proyecto donde la protagonista no es una persona, sino una tipografía a la que este diseñador escribe con el alma.
Amelia es una tipografía diseñada en 1963 por Stanley Davis y nombrada en honor a su hija, y ahora se convirtió en la musa de Tomás, quien decidió escribirle como si fuera una mujer real, creando una historia en la que como cualquier relación sentimental de dos personas él genera memoria e identidad.
Esta conferencia, parte del ciclo Herb Lubalin Lecture Series, y atrajo a decenas de amantes del diseño, estudiantes y curiosos que fueron testigos de una conversación profunda entre letras, nostalgia y creación.
“Siempre me ha fascinado cómo las tipografías envejecen, cambian de contexto, pierden protagonismo pero no dejan de ser hermosas. Con Amelia, sentí algo especial, como si fuera una mujer que en su tiempo fue una estrella y luego desapareció, pero nunca perdió su esencia. Le escribo porque quiero recordarla, revivirla, y agradecerle”, dijo Hlava durante su conferencia
En el escenario, acompañado por Alexander Tochilovsky, curador del Herb Lubalin Study Center, Hlava compartió algunos fragmentos de sus cartas que fueron escritas en el 2024. Algunas eran reflexivas, otras melancólicas, y otras muy románticas. Las cartas, aunque dirigidas a una fuente tipográfica, trataban temas humanos, el olvido, el paso del tiempo, la transformación, el deseo de ser recordado y el enamoramiento que sentía hacia ella: AMELIA.
Una de las frases que recalcó Tomás fue: “Querida Amelia, me pregunto si sabes cuánto me enseñaste sin decir una palabra. Si sabías que tus curvas y tus espacios en blanco hablaban más de mí que muchas personas reales”. Este es un fragmento de una de las tantas cartas.
Generar emociones
Hlava explicó que su intención con este proyecto no era solo revivir una tipografía olvidada, sino también mostrar cómo el diseño puede ser poético, muy inspirador y si de todo generar emociones en las personas.
“No escribo cartas por nostalgia, sino por necesidad. Amelia representa una época, una estética, una emoción. Ella también fue parte de mi formación como diseñador, y necesitaba decirle eso; al momento de escribir cada párrafo sentí la emoción de escribirle a alguien que amaba, alguien que aunque sabía que no respondería me generaba exaltación tenerla presente y escribirle”: afirmó el diseñador.
Tochilovsky, por su parte, contextualizó la importancia histórica de la fuente.
“Amelia fue una tipografía innovadora, ganadora del concurso de fotocomposición de VGC, Visual Graphics Corporation, en 1965. Su estilo limpio, geométrico y moderno la hizo destacar en su momento, y hoy vuelve a la conversación gracias al trabajo de Tomás”, explicó Tochilovsky.
El evento buscaba transmitir y llevar el mensaje de que en el mundo de letras existe una voz, un cuerpo y un espíritu, según el organizador quien además insistió en que Dear Amelia no es solo una charla sino también una obra viva, que recuerda que una letra puede ser una historia de amor que vale la pena contar.