Preserva museo de Paterson más de un siglo de historia de Nueva Jersey

PATERSON, Nueva Jersey, EU, 8 de septiembre de 2025.- En un edificio histórico que alguna vez albergó las fábricas de locomotoras Rodgers, hoy late uno de los tesoros culturales más valiosos de Nueva Jersey, y es el Museo de Paterson. Con más de 100 años de historia como institución y piezas que narran casi dos siglos de legado industrial, este museo invita a que las personas puedan descubrir la riqueza cultural de una ciudad que fue clave en el desarrollo de Estados Unidos y sus vías férreas.

El director del museo, Giacomo Destefano, destaca que este espacio no solo preserva la historia local, sino que conecta a los visitantes con las raíces profundas de toda la región, pues para él, cada sala es una puerta al pasado, desde los primeros habitantes hasta la era industrial que convirtió a Paterson en un motor económico del país. Destefano asegura que su misión es que quienes crucen las puertas del museo no solo vean objetos antiguos, sino que sientan orgullo por su historia y antepasados.
“El museo no se limita únicamente a Paterson, sino que cuenta historias de toda el área de Passaic y sus alrededores. Comenzamos con los Lenape, los pueblos originarios que habitaron estas tierras mucho antes de que alguien pensara en fundar la ciudad. Queremos que cualquier persona que cruce nuestras puertas pueda conocer sus raíces, entender el legado que hay en estas calles y descubrir que esta ciudad tiene un pasado mucho más grande de lo que parece desde afuera”, explicó el director.

Entre las piezas más impresionantes que hay en el museo son precisamente las locomotoras históricas que salieron de las fábricas de Paterson, estas estructuras gigantes de acero son testimonio del ingenio y la destreza industrial que posicionaron a la ciudad como un centro clave de innovación a finales del siglo 19 y principios del 20.
Según explica el director una de las locomotoras más emblemáticas, construida en 1906, formó parte del centenar de máquinas enviadas al Canal de Panamá para la monumental obra de conexión entre dos océanos, un símbolo del alcance global de la industria del entonces en esta ciudad de Nueva Jersey.
“Aquí se empezaron a fabricar locomotoras en 1837 y continuamos hasta aproximadamente 1926. Había tres grandes fabricantes en la ciudad, y en conjunto produjeron cerca de 10 mil locomotoras. La más grande que tenemos en exhibición afuera fue construida en 1906 para trabajar en la construcción del Canal de Panamá, de esas se hicieron 100. Nuestra ingeniería llegó a Nueva Zelanda, Perú y a prácticamente todo Sudamérica. Hoy, muchas de esas máquinas que salieron de aquí siguen funcionando en Cuba. Este museo es la prueba viva de cómo Paterson tuvo una influencia internacional que marcó la historia del transporte”, relató Giacomo Destefano.

El edificio que alberga al museo también tiene su propia historia, fue levantado en 1873 como parte de las instalaciones de la empresa Rodgers, y desde 1982 es sede oficial de la institución, allí los visitantes pueden recorrer salas que muestran desde uniformes de enfermeras de la Primera Guerra Mundial hasta espacios dedicados a veteranos de guerra, maquinaria industrial, fotografías y piezas médicas antiguas.
“Mucha gente no sabe que este lugar existe y se sorprenden cuando ven que aquí hay más de un siglo de historia cuidadosamente preservada. Es un lugar para sentirse orgulloso de nuestra herencia industrial y cultural”, agregó Destefano.
Además de abrir sus puertas de martes a viernes, de 9:30 horas a 16:30 horas, el museo organiza eventos especiales los fines de semana que incluyen exposiciones temporales, presentaciones artísticas y actividades educativas para toda la comunidad.

“Estamos muy activos en redes sociales gracias a nuestro equipo, especialmente Heather, que nos ayuda a mantener un calendario en constante crecimiento. Este mes vamos a presentar Sueño de una noche de verano, de Shakespeare, aquí en el museo y en el Parque Histórico Nacional Great Falls. Nos encanta colaborar con el parque porque está a solo una cuadra y media, y juntos creamos actividades que enriquecen la experiencia de quienes nos visitan, aseguró el director.
“Tenemos un educador de museo que está desarrollando proyectos para escuelas, institutos y universidades. Creamos experiencias interactivas como una sala de escape con preguntas históricas, recorridos guiados y actividades para que los jóvenes se enamoren de la historia local. Queremos que este museo no sea solo para mirar, sino para experimentar y aprender”, añadió.
Para Destefano, mantener viva esta joya cultural es un esfuerzo conjunto, la ciudad financia parte del presupuesto, pero gran parte de las exhibiciones dependen de donaciones y voluntarios.

“Somos una agencia estatutaria de la Ciudad de Paterson, lo que significa que tenemos fondos para mantener las luces encendidas y pagar al personal. Sin embargo, cada exposición y cada pieza que entra aquí necesita apoyo, investigación y mucho trabajo. Muchos de los expertos que conocían a fondo estas maquinarias ya no están vivos, así que cada objeto que restauramos es un reto y una responsabilidad. Este museo es un trabajo de amor y de comunidad; cada pieza que cuidamos es una historia que merece seguir contándose a las futuras generaciones”, finalizó.