De inmigrante a líder: Elmer Sandoval y su compromiso con Trenton, NJ

TRENTON, Nueva Jersey, 6 de julio de 2025.- Elmer Sandoval, un inmigrante guatemalteco que, como él dice, tiene "el corazón dividido" entre Guatemala y su hogar adoptivo en Trenton, Estados Unidos, ha logrado establecerse, también convertirse en parte importante dentro del gobierno local y de la comunidad migrante que ha hecho de esta ciudad su casa.
“Mi vida está dividida en dos. Amo a Trenton como amo también a Guatemala”, asegura a Quadratín Hispano Elmer Sandoval, quien llegó a la ciudad el 20 de abril de 1985, escapando del desempleo y la inestabilidad que marcaban a Guatemala durante la guerra civil.
Recién graduado como maestro de primaria, Sandoval no encontró oportunidades en su país, y como tantos migrantes, decidió cruzar la frontera en busca de una vida mejor.
“Llegamos sin saber a dónde íbamos ni qué íbamos a hacer. Aprendimos a lavar platos, limpiar baños, lo que fuera necesario con tal de ayudar a nuestros padres y hermanos que se quedaron en casa”, recuerda durante la entrevista.
Hoy, casi 40 años después, Sandoval trabaja como Senior Cost Estimator para el gobierno municipal de Trenton, inspeccionando propiedades abandonadas que podrían convertirse en viviendas u oportunidades de desarrollo. “Queremos ver un Trenton renovado, bonito, para que nuestra próxima generación tenga ese cariño que nosotros sentimos”, explica con ilusión.
El guatemalteco, que llegó como tantos otros con las manos vacías, hoy inspira a otros migrantes no solo con su ejemplo profesional, sino también con su compromiso comunitario.
“Cada uno de nosotros que pasamos irregularmente la frontera tenemos una historia que contar, pero hay que dar lo que por gracia hemos recibido”, reflexiona.

Un rostro entre miles
Sandoval es parte de una historia migratoria más amplia que ha marcado profundamente a Nueva Jersey. Según estimaciones de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) del U.S. Census Bureau, uno de cada cuatro residentes del estado, alrededor de 2,25 millones de personas, nació en el extranjero (24,2 por ciento en 2023, frente al 14,3 por ciento a nivel nacional).
En la región metropolitana de Trenton-Princeton, el porcentaje de inmigrantes asciende a 27,8 por ciento y dentro de la ciudad de Trenton, los datos más recientes elevan esa proporción hasta 34,8 por ciento, según Census Reporter.
En Trenton, la huella hispana es especialmente visible: el 45 por ciento de los residentes se identifica como latino o hispano, siendo la comunidad guatemalteca la más numerosa, con aproximadamente el 14,7 por ciento de la población total.
Esa comunidad, organizada, genera identidad colectiva a través de cuatro asociaciones principales: la Asociación Cívica Guatemalteca, la de Comerciantes Guatemaltecos, la Banda de Guerra Punta de Lanza y Salcajenses Unidos, encargada de acompañar a familiares ante fallecimientos. Sandoval ha presidido la Asociación Cívica y mantiene un rol activo en cada una.
Elmer encarna esa doble pertenencia que marca la vida de muchos migrantes: una raíz en su país natal y una rama que crece en tierra ajena. Y en esa tensión, él no ve división, sino “la oportunidad de construir puentes”.
El desfile que une dos mundos
La huella de este funcionario municipal más visible no está solo en los expedientes urbanos. Está en las calles, cada septiembre, cuando Trenton se convierte por dos días en un pequeño rincón de Guatemala.
El desfile guatemalteco comenzó con apenas tres carrozas y una banda tocando sones tradicionales.
“Llamó mucho la atención porque la gente aceptó esa actividad con mucha nostalgia. Muchas personas lloraban cuando escuchaban el himno nacional”, comenta Sandoval.
La idea del festival surgió en 2005 dentro de la Asociación Cívica Guatemalteca, de la cual Sandoval fue presidente por dos periodos. Aunque hoy en día el evento es organizado principalmente por la Asociación de Comerciantes Guatemaltecos, él sigue siendo una figura clave en la planificación y asesoramiento.
“El desfile guatemalteco no se puede ir de Trenton, lo siento mucho”, dice el trentoniano de origen guatemalteco con firmeza a la cámara que lo graba. “El parque está localizado en el área de nuestro barrio guatemalteco, donde toda la gente sabe llegar caminando. Por esa razón ha crecido tanto”.
El festival, que ahora dura dos días, ha resistido incluso tormentas. “Hace dos años tuvimos una tormenta y la gente no se fue. El concierto continuó después del desfile. Son miles, casi ocho o diez mil personas, las que se reúnen. Vienen de otros estados, incluso de Guatemala”, concluye con emoción.