Monte Etna, el volcán activo de Europa: un gigante en constante erupción

TRENTON, Nueva Jersey, EU, 7 de junio de 2025.- El Monte Etna, el imponente estratovolcán de tres mil 357 metros de altura en la isla italiana de Sicilia, está cobrando protagonismo desde el pasado lunes 2 de junio de 2025, con una intensa actividad estromboliana y fuentes de lava en su cráter sureste.
El coloso, considerado el volcán más grande y activo de Europa, lleva miles de años expulsando lava de forma casi continua. Es un Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 2013, reconocido por su influencia en las ciencias de la Tierra y por ser un laboratorio natural para estudiar ecosistemas únicos.
Peligro en el aire y un deslizamiento incesante
A pesar de su constante actividad, el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia (INGV) mantiene el nivel de alerta en básico, indicando que la erupción del 2 de junio no representaba un peligro significativo para la población, ya que el material volcánico no superó los dos mil 800 metros de altitud.
Sin embargo, las columnas de ceniza tóxica y humo provocaron evacuaciones turísticas cerca de la cumbre y obligaron a los excursionistas a extremar precauciones. Más allá de las erupciones, una investigación del Centro Helmholtz para la Investigación Oceánica GEOMAR en Alemania ha revelado que el flanco oriental del Etna se desliza lentamente hacia el mar Jónico a un ritmo de centímetros por año, una inestabilidad que, según los científicos, podría generar deslizamientos de tierra y tsunamis, como ocurrió hace unos ocho mil años.
Fertilidad y vida al pie del gigante dormido
Aunque representa una amenaza constante, el Etna también nutre la vida a su alrededor. Los suelos volcánicos, ricos en magnesio y potasio, son extremadamente fértiles, permitiendo la prosperidad de viñedos, olivares, huertos frutales y cultivos de avellanos y pistachos.
La agricultura ha dejado una huella importante en sus laderas, donde también abunda una rica biodiversidad con zorros, gatos monteses, puercoespines y diversas aves rapaces. Esta convivencia entre el riesgo y la abundancia subraya la compleja relación de las comunidades sicilianas con su majestuoso y activo vecino.