Revelan un hallazgo genético que reescribe la historia de la humanidad

TRENTON, Nueva Jersey, EU, 31 de agosto de 2025.- Un consorcio internacional de científicos, liderado por el prestigioso Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, ha logrado secuenciar el genoma de dos momias de la época, desvelando una historia de linajes humanos tan inesperada como fascinante. Este descubrimiento no solo nos obliga a reescribir parte de nuestra historia, sino que también nos hace reflexionar sobre la compleja red de conexiones que forjaron a la humanidad tal como la conocemos hoy.
El hallazgo se centra en los restos de dos mujeres, pastoreñas de ganado, que vivieron en la actual Libia. Sus cuerpos, que se conservaron de forma natural debido a la aridez del terreno en el refugio rocoso de Takarkori, se convirtieron en la clave para este descubrimiento. La paleogenetista Nada Salem, coautora del estudio publicado en la revista Nature, destaca la suerte que tuvieron al encontrar muestras tan bien preservadas.
El análisis de su ADN reveló la existencia de un linaje humano que divergió de las poblaciones del África subsahariana hace aproximadamente 50 mil años, casi al mismo tiempo que las líneas humanas que se expandieron por fuera de África. Lo más sorprendente es que sus genomas no muestran ascendencia subsahariana, lo que desafía la creencia popular de que el Sáhara verde fue un corredor migratorio entre el norte de África y el resto del continente.
De la migración a la difusión cultural
Este descubrimiento no solo nos dice quiénes vivían en esa región, sino cómo se propagaron las ideas y las prácticas. Anteriormente, los científicos creían que la agricultura se había extendido por la región a través de migraciones masivas de poblaciones. Sin embargo, los hallazgos genéticos de las momias de Takarkori sugieren una teoría diferente: la difusión cultural.
Según los investigadores, el pastoreo no se propagó por la llegada de nuevas poblaciones, sino a través del intercambio de conocimientos y prácticas entre las comunidades que ya habitaban el lugar. Un linaje profundamente divergente y aislado en el norte de África, que existió durante el Pleistoceno tardío, adoptó la ganadería de otros grupos sin necesidad de un flujo genético significativo.
El ADN de dos momias de 7.000 años desvela un linaje humano aislado en el 'Sáhara verde': “Tuvimos mucha suerte de contar con muestras preservadas a este nivel”.
— JackieAR (@JackieAR9) June 25, 2025
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Un legado que vive en el ADN de hoy
El estudio también reveló otra peculiaridad: las momias de Takarkori tienen un rastro de ADN neandertal notablemente bajo, mucho menor que el de los agricultores de Medio Oriente de la misma época. Esto refuerza la idea de que su linaje era único y aislado.
Lamentablemente, este linaje original ya no existe en su forma pura. Sin embargo, su herencia genética no desapareció por completo. Los investigadores concluyen que algunos habitantes actuales del norte de África aún conservan trazas de este linaje ancestral, un testamento silencioso de una historia que quedó grabada en el ADN y que ahora, gracias a la ciencia, ha resurgido de las arenas del desierto para contarnos su verdad.
Este hallazgo nos recuerda que la historia de la humanidad es una narrativa mucho más compleja y rica de lo que imaginamos, y que aún hay incontables capítulos por descubrir. Cada pieza de ADN, cada fósil, nos acerca un poco más a entender quiénes fuimos para saber quiénes somos.