Libros de ayer y hoy
Los herederos del libro y el lector despojado
El doce de noviembre es Día del Libro, reconocido así porque ese día nació Sor Juana Inés de la Cruz. Que mejor fecha para abrazar el recuerdo de aquel gran talento y leer alguno de sus libros. Me preparo a releer Respuesta a Sor Filotea de la Cruz ( Fontanara 2014). Qué decir del libro al que uno se vuelve a diario, porque así se llama la columna Libros de ayer y hoy, desde 2013. Los libros reseñados por lo tanto son miles, a veces intercalados con documentos, cartas o leyes. No son críticas literarias, son menciones y reaparición de autores para lanzarlos a nuestro nivel, a una nueva lectura. Pero ahora rastreo una de mis crónicas de lo que escribí allá por 2015, Las viudas del libro, las que se apoderan de la obra del difunto y viven y negocian y a veces lo elevan y en otras lo marginan. Lo saco a relucir porque en muchos casos, los lectores somos los afectados.
CUANDO MUERE UN AUTOR, SU LIBRO PUEDE DESAPARECER O ENCARECERSE
Con la desaparición de un autor, su obra puede desaparecer también o simplemente subir de precio en el ejercicio utilitario de esa obra. Es el fin de una herencia que por fortuna no lastima tanto porque los grandes y pequeños autores siempre tratan de protegerse y una de las protecciones, es publicar. Si el libro está publicado el heredero tendrá que tener sus razones legales para sacarlo a lustre. Es que el libro es como el ser viviente que en ese momento de muerte, entra en busca de un defensor, porque siempre está el lector, el gran defensor del libro. Regresemos pues, un poco a las líneas del 2013 que en ocasiones las he compartido. En realidad, se trata de una especie de mordacidad sobre el libro y los intereses a la baja que se expresan.
LA MUERTE DE UN AUTOR, CREA CONFLICTOS NO PRECISAMENTE CULTURALES
Nadie sabe para quien trabaja y a lo mejor muchos grandes escritores ignoraban las polémicas que iban a causar sus obras en manos de sus herederos. La FIL jalisciense tuvo que cambiarle el nombre a su principal premio literario, Juan Rulfo, porque los herederos se molestaron que se le diera a Tomás Segovia, quien en vida había criticado al autor de Pedro Páramo. Por su parte, Marie José Paz, la viuda de Octavio Paz hizo un escándalo contra la Fundación Octavio Paz que dirigía el cuestionado escritor Guillermo Sheridan en el 2001, porque según ella no le pagaba las regalías por poemas publicados en internet. La viuda nunca presentó la cláusula del testamento que la acreditaba como heredera universal y albacea, según lo publicó entonces el diario Reforma. Después hubo otro problema con la señora Marie José, en el que estaban involucrados varios escritores, porque según ella y su gente allegada, lucraban con la obra del poeta. Uno de los mencionados era el excelente poeta Eduardo Langagne, Premio Casa de las Américas por su obra Donde habita el cangrejo.
GRADES FORTUNAS HEREDAN ALGUNAS VIUDAS POR LOS LIBROS FAMOSOS
En España fue muy debatida la herencia que el premio Nobel Camilo José Cela le dejó a su esposa Marina Cataño, lo que ocasionó una demanda que se litigó durante casi quince años y que después ganó el hijo del escritor, al recibir las dos terceras partes de la herencia. Todo esto para llegar al gran escándalo con la polémica viuda de Jorge Luis Borges, María Kodama, por causa de la demanda que ganó en contra del escritor Pablo Katchdjian por haber plagiado según ella, el famoso cuento de Borges El Aleph, agregándole 5 mil 600 palabras lo que lo convirtió en un Aleph “gordo”. Frente a esa demanda se alzaron voces de escritores argentinos para defender a Katchdjian señalando la esencia de la recreación o la reescritura de una obra, que en realidad no ha sido alterada, porque la obra original aparece completa. La señora Kodama era una joven que ayudaba a Borges, lo que llevó a ambos al matrimonio. Fue muy censurado que la obra de Borges quedara fuera de Argentina y en manos de una mujer criticada por la forma como usaba esa obra.
POR FORTUNA HAY VIUDAS SENSIBLES QUE APOYAN LA OBRA PÓSTUMA
Ante esos lamentables oportunismos que impiden que las obras de grandes escritores lleguen a un público masivo a través de ediciones baratas que permitan su divulgación, los que salimos perdiendo somos ese gran público. Existen por fortuna otro tipo de herederas, viudas como la de Saramago, Pilar del Río. por ejemplo, que enaltece la obra del portugués, o la esposa de Roberto Bolaño Carolina López y otras que no se aferran a intereses monetarios, sino que buscan que lo que crearon sus esposos se siga promoviendo. Otro ejemplo es el de Eva Gabrielsson, viuda de Stieg Larson, que fue ayudante del escritor sueco mientras escribía su TrilogíaMilenium y murió a punto de publicar la cuarta parte de la extraordinaria serie.
