
Transforma el exilio la forma de hacer periodismo en América Latina
PRINCETON, Nueva Jersey, 17 de octubre de 2025.- “Las historias que enfrentamos hoy son demasiado complejas para un solo periodista o un solo medio. El periodismo no puede trabajar solo”, dijo Marina Walker Guevara, editora ejecutiva del Centro Pulitzer, ante un auditorio que escuchaba en silencio. A su lado, Hugo Alconada Mon, prosecretario de redacción del diario La Nación, asintió.
Ambos protagonizaron el panel Investigación colaborativa para la rendición de cuentas, uno de los más esperados de la 81 Asamblea de la SIP, dedicado a explorar cómo el trabajo en red se ha convertido en la nueva fuerza del periodismo de investigación.
En tiempos en que la desinformación se propaga más rápido que los hechos, ambos coincidieron en que la colaboración entre periodistas, científicos de datos, universidades y organizaciones civiles es una necesidad para mantener la rendición de cuentas viva en las democracias del continente.
Investigaciones como Los Papeles de Panamá, Los Papeles del Paraíso o la reciente Mafia del Oro, en Perú, demostraron que las alianzas transnacionales logran lo que ningún medio podría hacer en solitario, según los expositores.
“Colaboramos no porque sea bonito o solidario, sino porque es la única manera de enfrentar la magnitud de la corrupción, el crimen organizado y el poder económico”, sostuvo.
También elogió el reciente gesto de unidad de los corresponsales del Pentágono en Estados Unidos, que entregaron sus credenciales colectivamente “antes que renunciar a su independencia periodística”.
Alconada Mon, por su parte, recordó los dilemas detrás de esa cooperación. “Cuando uno colabora, tiene que saber perder. A veces quieres publicar y no puedes, porque hacerlo pondría en riesgo a otros colegas. En esa te toca perder, pero a cambio llegas más lejos y con más impacto”, enfatizó.
El periodista argentino contó anécdotas del trabajo conjunto durante los Papeles de Panamá y Wikileaks, donde las redacciones debieron consensuar cada paso: desde la fecha de publicación hasta la protección de fuentes.
“Cuando somos 300 periodistas de distintos países, culturas y horarios, lo único que te salva son las reglas claras”, afirmó durante el evento desarrollado en Punta Cana.
Además, Walker recordó cómo la colaboración ha servido también para proteger a los periodistas el día después.
Mencionó el caso de Mónica Almeida, en Ecuador, quien durante los Papeles de Panamá enfrentó una ley que penalizaba publicar información proveniente de bases de datos. “Aliarse con periodistas europeos y dejar que ellos publicaran primero fue su escudo legal”, explicó.
“Cuando un periodista en Rusia no puede pedir comentarios al Kremlin sin arriesgarse, otro en un país aliado lo hace por él. Es la colaboración la que salva vidas”, afirmó el moderador, demostrando cómo la estrategia se repite hoy en múltiples contextos autoritarios.
Luego, ambos coincidieron en que el desafío no termina con la publicación, pues las represalias judiciales, el acoso digital y la desinformación exigen que los equipos sigan unidos después del impacto. “El trabajo conjunto es también una red de contención”, subrayó Alconada.
La conversación también abordó el mito de que solo los grandes medios pueden realizar investigaciones colaborativas. Walker destacó ejemplos como Armando.Info, el medio venezolano que, en plena censura, construyó una red de trabajo regional para sobrevivir y denunciar.
“Ellos empezaron conectándose con otros periodistas y científicos de datos para mapear pistas ilegales en la Amazonía usando imágenes satelitales e inteligencia artificial. Lo que empezó como un proyecto pequeño terminó en la portada del New York Times.”
El caso ilustra, dijo Walker, cómo “la colaboración empieza entre reporteros, no entre directores”. Lo importante es la historia, no las jerarquías. “Entre periodistas no nos importa cómo se llevan los medios; nos importa contar la verdad y llegar más lejos.”
Alconada coincidió. “Los grandes medios pueden servir como escudo protector, pero los pequeños tienen una flexibilidad y creatividad únicas. Es como una comida a la canasta: cada uno aporta lo mejor que tiene, y juntos comemos mejor.”
La parte más contundente del panel llegó hacia el final, cuando Walker advirtió que “más del 50 por ciento de los países del mundo viven hoy bajo regímenes autoritarios o híbridos”.
“El camino que tenemos por delante es más confuso y más difícil. Lo que está en ascenso son las autocracias; lo que va en descenso son las democracias. En este escenario, actuar juntos no es una opción: es sobrevivir.”
Es decir, una red se enfrenta con otra red. Si el crimen organizado y la corrupción operan de manera global, el periodismo debe hacerlo también. La colaboración, además de ser una estrategia de eficacia, se convierte en un acto político y ético frente a los intentos de silenciamiento.
El moderador Andrés Mompotes, director de El Tiempo de Colombia, cerró la charla resumiendo el espíritu de la sesión. “Reglas claras, confianza y solidaridad son el camino ante las redes de criminalidad que amenazan nuestras democracias.”