Relata sobreviviente hispana del 11S cómo escapó de una de las torres

MANHATTAN, Nueva York, EU, 11 de septiembre de 2025.- Hoy se cumplen 24 años del ataque al World Trade Center, el atentado liderado por el grupo terrorista Al Qaeda. Como consecuencia, las Torres Gemelas, el epicentro financiero de Nueva York, del país y del mundo, quedaron reducidas a escombros.
De acuerdo con las cifras de los organismos de rescates, las Torres Gemelas estaban ocupadas por 17 mil 400 personas, de las cuales dos mil 750 fallecieron, entre ellas también socorristas que atendieron la emergencia y 14 mil 650 pudieron sobrevivir a esta tragedia, la más grande de la historia de Estados Unidos.
Sonia Corredor, una colombiana que había comenzado a trabajar un mes antes del ataque es una de las sobrevivientes. Con una voz entrecortada, recuerda que ese 11 de septiembre del 2001 “era un día soleado”, y que se levantó con un propósito, cumplir con un día más del entrenamiento que estaba recibiendo para ocupar su nuevo puesto.
“Cuando impactó el primer avión, yo me encontraba en el piso 91 de la torre sur. Todos nos asomamos a la ventana para ver qué había ocurrido y lo único que vimos fue una bola de fuego en la torre norte, a la misma altura nuestra, ahí ya sabíamos que algo estaba pasando. Aunque no todo el mundo lo vio así, porque en ese momento las personas no esperaban que un acto terrorista pudiera ocurrir tan cerca de ellas. Yo vengo de Colombia y estaba acostumbrada a ver cosas como estas para la época de los años 90, con los carros bombas en Bogotá, y eso es lo que me hace pensar en salir de inmediato”, relata Corredor.
Al salir, recuerda Sonia, que tomó sus cosas personales y pudo convencer a una amiga, la misma que la acompañaba en el proceso de entrenamiento para su trabajo, para salir lo más pronto posible. Comenzaron a correr para buscar la salida de emergencia más cercana.
“Uno en el piso 91 no sabe si tomar las escaleras o el ascensor. Tomamos el ascensor express, el cual nos llevó hasta el piso 72. Ahí había muchas personas, pero persistimos hasta que pudimos tomar un segundo elevador, y el único que pudimos montarnos fue el que nos conducía hasta el nivel 45, este lobby estaba mucho más lleno, no había instrucciones de nadie. No entendíamos qué estaba pasando, aún así decidimos tomar las escaleras de emergencia. Cuando vamos por el piso 25, emiten un mensaje diciendo que la torre sur, donde nos encontrábamos, estaba segura, pero yo estaba convencida de que algo malo estaba ocurriendo. Cuando llegamos al piso 14, ocurrió lo inesperado, el segundo avión impactó en la torre donde yo me encontraba”, explica la colombiana sobreviviente del ataque terrorista.
“Recuerdo que el piso se movió como si fuera un terremoto, pero muy fuerte, tanto que tu no te podías quedar quieto, te tocaba seguir caminando. Ahí ya era inminente que estábamos bajo ataque”, agregó.

El protocolo de seguridad, dice la profesional de la ingeniería civil, dictaba que si una de ambas torres sufría una emergencia, la segunda se encontraba segura para albergar a las personas que se encontraban en ellas, pero no fue así.
“Cuando avisan del impacto del segundo avión, recuerdo que muchas personas salieron a cumplir el protocolo de seguridad, y por eso muchos fallecieron, por no tener un plan personal de reacción. Incluso mi jefe los siguió y es uno de los desaparecidos”, manifestó Corredor.
Luego de 24 años, cuenta la sobreviviente, recordar los detalles de este ataque le genera volver al pasado, no solo al 11 de septiembre del 2001, sino a las crisis de pánico y estrés que vivió en días posteriores, “por esto cuando cuento mi historia la hago siendo lo más objetiva posible, no me gusta recordar ese momento que pudo ser el último de mi vida. Aún pasa el tiempo y sigo pensando que pude morir”.
Con unos ojos un poco llorosos la colombiana reconoce que lo único que pensó en ese momento fue en su hijo, quien solo tenía para ese momento cinco meses de edad.
“Te confieso, yo solo he visto dos veces los videos e imágenes de ese momento. El primero fue la misma noche para entender lo ocurrido y la segunda para explicarle a mis hijos que pasó el 11 de septiembre de 2001. La gente dice que recordar es vivir, pero no quiero vivir de nuevo algo como esto”, dijo.
La ingeniera quien siguió trabajando muy de cerca del proyecto de reconstrucción del World Trade Center, y quien con su profesión ha estado presente en diferentes proyectos arquitectónicos de la ciudad, saca una conclusión con respecto a la seguridad frente a un probable evento igual o peor, y aunque es optimista no deja de pensar que es mejor que nada vuelva a pasar.
“Este país es muy bueno con su seguridad luego del 11 de septiembre del 2001, eso hay que aceptarlo, creo que las medidas tomadas pueden ayudarnos a prevenir otro ataque similar o peor que el pasado, pero hay que ser honestos, las personas malvadas siempre están buscando la forma de hacer el mal como pueda y hay que estar preparados, siempre pendientes de todo lo que pasa a nuestro alrededor para actuar de la manera más certera y mejor posible”, concluye Sonia Corredor.