Itinerario político

¡No lo dice Trump, lo "gritan" los hechos!
Igual que por años lo hizo el hoy expresidente, López Obrador, la primera presidenta mexicana, la señora Claudia Sheinbaum, reniega de la realidad, como si esa realidad no existirá por el solo hecho de negarla.
Claudia Niega, por ejemplo, el fracaso de su gobierno frente al creciente poder de las bandas criminales, niega que el partido oficial, Morena, sea un cártel del crimen y niega que México esté en manos de los cárteles.
Incluso, durante su Primer Informe de Gobierno, la presidenta llegó al extremo de presumir que viaja por todo el país sin temor a incidentes violentos, como si la presidenta viajara por todo el territorio mexicano sin decenas de “guaruras” y en medio de un costoso aparato de seguridad.
Peor aún, en su Primer Informe, la mandataria olvidó hablar de los cientos de miles de desaparecidos en México y de las decenas de madres y padres buscadores que han sido asesinados por “cometer el delito” de buscar a sus hijos, un trabajo que corresponde al Estado fallido de la señora presidenta.
Y viene a cuento el tema, porque apenas la mañana del pasado martes 2 de septiembre, el presidente norteamericano volvió a criticar al gobierno mexicano fallido, en temas de seguridad.
Y es que, a propósito de la visita de Marco Rubio a México –que tuvo lugar en nuestro país ayer miércoles 3 de septiembre al medio día--, y del encuentro que sostendría el secretario de Estado como la “señora presidenta”, Donald Trump volvió a la carga sobre el peligro en que se ha convertido el Estado mexicano en manos de la presidenta Sheinbaum.
Así lo dijo Trump, en entrevista mediática: “Me cae muy bien la presidenta. Creo que es una mujer estupenda. De hecho, es una mujer increíble en ciertos aspectos, muy elegante y hermosa, pero México está gobernado por los cárteles. Está gobernado por los cárteles criminales”. (FIN DE LA CITA)
Sin embargo, lo más cuestionable del tema es que la declaración de Trump no solo es una percepción que se basa en la contundencia de los hechos –y que, en efecto, confirman que México está sometido por los cárteles criminales--, sino que al mismo tiempo es un insulto a la mandataria mexicana.
¿Y por qué se trata de un insulto?
Porque entre líneas, Donald Trump llama “tonta” –por decir lo menos--, a la presidenta mexicana.
Sí, en su habitual misoginia, el mandatario norteamericano elogia “la elegancia y belleza” de la presidenta mexicana, pero al mismo tiempo contrasta esa “belleza y elegancia” con su incapacidad para gobernar.
La ofensa es evidente y, por esa razón, resulta más cuestionable que ninguno de los diarios mexicanos –de la prensa nacional--, no solo no llevara en primera plana el insulto a la presidenta mexicana, sino que ocultaron la declaración de Trump.
Es decir, que los diarios de la prensa nacional están bajo el control total de Palacio –al extremo de no reflejar en sus primeras planas la declaración de Trump--, censura que aquí se probó en el Itinerario Político de ayer 2 de septiembre del 2025.
Pero esa censura es apenas el principio.
Y es que desde Palacio se pretendió minimizar la ofensiva declaración de Donald Trump con la clásica negación de la realidad.
Y si lo dudan, así respondió la señora presidenta al insulto trompista: “No, hoy habrá una muy buena reunión con Marco Rubio. No voy a entrar en el debate… ya lo he dicho en otras ocasiones… respetamos mucho la relación con EEUU y con el presidente Trump.
“No es verdad la afirmación que hace, nos quedamos con la buena relación, le agradezco además la buena mención que hizo sobre mi persona.
“Lo importante aquí es para el pueblo de México, que hemos logrado entendimiento con el gobierno de EU, que no ha sido fácil, en muchos temas, como el tema comercial, queremos llegar a un mejor entendimiento, en el tema del gusano barrenador, en temas de aranceles y en el caso de seguridad hemos llegado a un buen acuerdo y eso es lo importante”. (FIN DE LA CITA)
¿Cómo debemos entender esa respuesta de la presidenta mexicana? ¿Debemos entender que una ofensa a la investidura presidencial es un halago?
¿Hasta dónde llega el control y la censura a los medios mexicanos, como para que nadie se atreviera a reclamar al mandatario norteamericano el insulto a la señora Sheinbaum?
Sí, podrán decir misa en Palacio y los nuevos hasta los ministros de la Corte podrán quemar incienso a Quetzalcóatl, pero lo cierto es que los hechos “gritan” que vivimos en un “narco-Estado”, en donde proliferan los “narco-políticos”, “narco-presidentes”, “narco-gobernadores”, “narco-alcaldes” y “narco-legisladores”.
Lo demás, la respuesta del gobierno mexicano, no es más que “retórica engaña-bobos”.
Al tiempo.