Reflexiona experto sobre el reto de pensar en la era de la IA

QUEENS, Nueva York, 23 de agosto de 2025.- La tecnología se ha convertido en una herramienta indispensable en la vida moderna de las personas. Desde los teléfonos hasta la inteligencia artificial, sus avances han marcado un antes en la historia, pues ha transformado la manera en que se trabaja, estudian y se relacionan las personas hoy en día.
Sin embargo, este progreso también trae consigo preocupaciones profundas sobre los efectos que puede tener en la sociedad, especialmente en los más jóvenes.
El abogado Aquiles Larrea, fundador y CEO de Larrea Wealth Management en Nueva York, reflexiona sobre esta dualidad, los beneficios innegables de la innovación frente a los riesgos que supone un uso desmedido o irresponsable. Según él, la clave no está en rechazar la tecnología, sino en aprender a convivir con ella de manera equilibrada y consciente.

“Siempre he dicho que la tecnología es un arma de doble filo, por un lado nos facilita la vida, nos da acceso a información y herramientas que antes eran impensables y abre oportunidades increíbles en los negocios y en la vida diaria, pero por el otro, también puede convertirse en un riesgo cuando dejamos que piense por nosotros. Si no aprendemos a usarla con criterio y responsabilidad, corremos el peligro de perder nuestra capacidad de análisis, de reflexión y hasta de creatividad. La clave no está en rechazarla, sino en encontrar un equilibrio entre aprovechar sus beneficios y mantener viva la habilidad de pensar por nosotros mismo”, indicó Larrea.

Uno de los puntos más críticos es la exposición temprana de los niños a los dispositivos digitales pues según el experto, cada vez es más común ver a pequeños absortos en la pantalla de un celular o una tableta, perdiendo oportunidades de socialización, juego al aire libre o incluso de desarrollar habilidades cognitivas básicas. Además también advierte que este hábito podría afectar el desarrollo del cerebro y la capacidad de concentración a largo plazo.
“Estamos viendo que la inteligencia artificial está entrando en todos los aspectos de nuestra humanidad, facilita procesos de negocio, hace más simple la vida diaria, pero también nos obliga a reflexionar sobre cómo nos adaptamos a este cambio tan acelerado. Creo que ahí está el verdadero reto, no permitir que la tecnología reemplace nuestra capacidad de pensar, sino que sea una herramienta que complemente nuestro crecimiento, advirtió.
En el caso de los niños, agregó que el consejo es aún más claro.
"No podemos dejar que un celular o una tableta reemplacen la educación, la disciplina ni los valores que se transmiten en casa. Los padres deben establecer límites, fomentar el uso responsable y acompañar a sus hijos en este proceso porque de lo contrario podríamos estar criando una generación demasiado dependiente de las máquinas”.
Aquiles quien fue enfático en el manejo de la tecnología por parte de los más pequeños.
La inteligencia artificial, es otro de los escenarios que plantea un debate urgente, ya que permite optimizar procesos, ahorrar tiempo y aumentar la productividad en distintos sectores pero también genera inquietud sobre el impacto en el pensamiento humano. Al delegar tareas complejas a las máquinas, existe el riesgo de que las personas reduzcan su capacidad de análisis y reflexión, confiando demasiado en la inmediatez de las respuestas tecnológicas.

Larrea asegura que este fenómeno no es nuevo, sino parte de la historia del progreso humano, así como sucedió con la llegada del celular que en un inicio parecía un objeto extraño, incómodo y casi inalcanzable, con una estructura física grande y difícil de cargar, mientras que hoy la sociedad enfrenta un proceso de adaptación con la IA y otras innovaciones digitales que han hecho la vida más cómoda de los seres humanos.
“Siempre vamos a ver problemas al principio, eso ha pasado con todos los tipos de tecnología, ha ocurrido con cada avance en la historia de la humanidad lo vimos con el celular, que al inicio era enorme y difícil de usar, y hoy lo tenemos en la mano convertido en una computadora completa.
“Pero lo verdaderamente importante es la capacidad que tengamos de adaptarnos, si logramos hacerlo con apertura, disciplina y criterio, la tecnología no solo nos facilitará la vida, sino que puede abrirnos puertas en los negocios, en la educación y en prácticamente cualquier área. Adaptarse significa no tenerle miedo al cambio, sino aprender a usarlo en nuestro beneficio, por eso yo digo que el futuro no está por venir, el futuro ya está aquí mismo, ahora mismo, y depende de nosotros decidir cómo lo aprovechamos”, finalizó el abogado.
No obstante, el desafío no solo radica en aceptar la evolución tecnológica, sino en encontrar un balance que permita aprovechar sus beneficios sin perder la esencia del pensamiento humano. El abogado insiste en que es necesario promover la educación digital, orientar a los más jóvenes y fomentar hábitos que combinen el uso responsable de la tecnología con la capacidad de razonar, cuestionar y crear.