Abanico

El patrocinador
Para catapultar la carrera profesional se popularizan los mentores mientras los patrocinadores aparecen como figuras lejanas, llenas de secrecía y misterio. Son personajes llenos de poder.
Un patrocinador ideal ocupa una posición de liderazgo o tiene acceso a espacios de decisión, su respaldo tiene peso porque es respetado en su entorno, no solo detecta potencial, sino que lo impulsa activamente y sabe cuándo y cómo intervenir para maximizar tu visibilidad.
Tiene un poderoso don: puede conectarnos con personas clave en momentos clave.
A diferencia del mentor, el patrocinador no se enfoca en tu desarrollo interno, sino en posicionarte externamente.
Encontrar un patrocinador sigue un camino menos directo que con la mentoría. Requiere estrategia, visibilidad y reciprocidad.
Es recomendable participar en proyectos de alto impacto, tomar la palabra en reuniones, compartir logros.
Identifica figuras con poder e influencia. Esto implica observar quién toma decisiones, a quién escuchan e, incluso, quién recomienda a otros. Resulta imprescindible, asimismo, construir relaciones de confianza. No se trata de pedir, sino de conectar. Ser consistente, profesional y auténtico.
Es imprescindible entregar resultados, ser confiable y aportar ideas. El patrocinador necesita razones para apostar por alguien.
Y cuando llegue el momento, conviene pedir algo concreto: una recomendación, presentación u oportunidad.
Debe observarse que el patrocinio es una alianza. Entonces se agradece, informa, reconoce. Se trabaja en que sea una relación recíproca y benéfico para ambos.
Ahora, no podemos hablar de patrocinio sin considerar el nexo multiplex. Es una relación entre dos personas (o nodos) que abarca múltiples tipos de vínculos simultáneamente. Es decir, no se trata de una sola conexión, sino de varias capas de relación entre los mismos actores.
Por ejemplo, una persona puede ser colega, mentor y amiga al mismo tiempo. O bien, alguien puede ser tu patrocinador y miembro de tu junta directiva.
Estas relaciones multiplexas son más ricas, más resilientes y suelen tener mayor impacto en el desarrollo profesional y organizacional.
Son nexos importantes porque al compartir más de un tipo de vínculo, se fortalece la relación. La información, el apoyo y las oportunidades circulan con mayor facilidad.
Los nexos multiplex tienden a generar comunidades más sólidas y colaborativas y en contextos como el liderazgo, la mentoría o el patrocinio, tener relaciones multiplex puede amplificar el alcance y la efectividad de nuestras acciones.