Funda guatemalteca red de casas hogar para adultos mayores vulnerables

PRINCETON, Nueva Jersey, 1 de julio de 2025.- “Empecé recogiendo a los abuelitos de la calle y los llevé a mi casa. Dormí en el suelo con mis hijos durante tres años, porque había demasiada necesidad”, relata en entrevista con Quadratín Hispano Sonia Rivera, fundadora y representante legal de la asociación Mesón Buen Samaritano, mientras narra el origen de una obra que ha transformado la vida de cientos de personas mayores o en situación de abandono.
“Yo vi la necesidad y actué”, resume la mujer con una torre de pañales apilados junto a la pared, evidencia del trabajo diario que realiza con los adultos mayores.
Tenía apenas 24 años cuando, tras vivir un tiempo en Belice, regresó a su natal Petén y se topó con una realidad que la marcó: ancianos solos, durmiendo en parques y buscando comida en los basureros. “En Belice nunca vi eso. Me pregunté por qué nadie hacía nada. Y empecé sola”, recuerda. Así decidió llevar al primero a su casa, sin saber que comenzaba una labor que hoy, dos décadas después, se ha convertido en una red de atención nacional.
El proyecto creció gracias a donaciones, voluntarios y el respaldo de comunidades e iglesias. Actualmente, Mesón Buen Samaritano sostiene 13 casas hogar en distintos departamentos del país y atiende a más de 825 personas mayores, muchas de ellas sin familia, sin documentos y sin representación legal dentro del sistema.
En busca de apoyo
A pesar del alcance de su trabajo, el apoyo estatal sigue siendo limitado e inestable. “El año pasado nos dieron cinco millones de quetzales (aproximadamente 600 mil dólares), pero eso no alcanza para mantener 13 casas funcionando”, explica Rivera.
La organización debe recurrir constantemente a rifas, colectas y donaciones para cubrir necesidades básicas como pañales, medicamentos, alimentos y servicios funerarios.
La falta de recursos se vuelve crítica ante situaciones médicas urgentes, como fracturas o cirugías, cuyo costo mínimo puede superar los 10 mil quetzales, “cuando fallece un abuelo y no hay fondos, salimos a hacer colectas para pagar la caja”, cuenta.
@hispanoq Una luz de esperanza en Guatemala para los adultos mayores olvidados ✨ En el corazón de Petén, Guatemala, una mujer decidió cambiar el destino de cientos de personas mayores que vivían en el abandono total. Sonia Rivera, con solo 24 años, comenzó llevando a su casa a abuelitos que encontraba durmiendo en parques y buscando comida en los basureros. Así nació Mesón Buen Samaritano, una asociación que hoy alberga a más de 800 personas en situación de calle en 13 casas hogar repartidas por todo el país. A pesar de su enorme impacto, el proyecto sobrevive gracias a donaciones, colectas y rifas. Sonia no solo da techo, comida y atención médica: ha construido dignidad para quienes el sistema olvidó. 📢 Su historia nos recuerda que, aún en medio de la precariedad, el compromiso personal puede cambiar vidas. 📹Valesca Ricardo/ Quadratín Hispano #Guatemala #MesónBuenSamaritano #AdultosMayores #Solidaridad #JusticiaSocial #fyp #foryoupage #latinostiktok #latinosenusa #guatemala #guatemala🇬🇹 ♬ Inspirational - neozilla
Consultada sobre las causas del aumento de personas mayores en situación de calle, Rivera identifica el abandono familiar como una de las principales razones.
“Muchos nunca tuvieron hijos, y otros fueron dejados cuando empezaron a necesitar cuidados. Se centraron en trabajar toda su vida y quedaron solos”, señala. En algunos casos, los adultos mayores llegan remitidos por hospitales o autoridades, y sus familiares solo aparecen cuando es necesario firmar el acta de defunción.
Además del trabajo con adultos mayores, la asociación ha impulsado el programa Gloria Por Cenizas, que brinda refugio a mujeres víctimas de violencia y madres solteras. Muchas de las beneficiarias son ahora profesionales que colaboran con la asociación. “Es una cadena. Si no apoyamos a las madres y a los niños hoy, mañana esos jóvenes terminarán en las calles, y después, en el asilo”, advierte con preocupación en sus ojos la mujer guatemalteca.
Con más de 20 años de labor social, la visión de Mesón Buen Samaritano sigue intacta: sostener vidas olvidadas con dignidad, aun ante la limitada respuesta del Estado.